Izquierda abertzale
Pena y vergüenza por Irene VILLA
Pena y vergüenza es lo que sentimos la mayoría de los españoles al conocer que proetarras podrán gobernar y atesorar financiación que garantice la subsistencia de ETA y su maléfica y sanguinaria trayectoria. Mientras Estados Unidos no olvida y ajusticia a quien provocó dolor y derramó sangre, aquí unos jueces traicionan a las víctimas del terrorismo y a toda la sociedad española, poniendo además en entredicho la independencia del poder judicial y el dictamen del Tribunal Supremo. Lo triste es que lo sabíamos. Era parte de ese hoja de ruta que hoy se corrobora. No queríamos creer que nuestros asesinos hubieran pactado condiciones con nuestros gobernantes, pero la prueba de fuego confirma lo que ciertas personas, tachadas de paranoicas, sabían. Esos, a quienes muchos desoyeron, dijeron además que la fuga de un asesino, a seis años de cumplir su condena, tampoco es casual. Nadie puede quitarnos hoy el profundo sentimiento de tristeza y de sentirnos traicionados. De nuevo ETA se proclama vencedora, que con razón veía abierta una «nueva era» para el País Vasco... Ya nos advirtió de que «el camino será largo, duro y difícil», parafraseando a Zapatero, quien sigue intentando convencernos de que estamos en el camino del fin de ETA, pero sin darnos una mínima garantía, mientras que a ETA, que afirma con fe y contundencia que es el principio de su proyecto, sí que osa dársela.
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