Cara y cruz por César Lumbreras

Tras la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, el Parlamento Europeo tiene poder de codecisión en muchos asuntos junto al Consejo de Ministros de la Unión Europea. Así, por ejemplo, el voto de los eurodiputados es fundamental a la hora de ratificar acuerdos comerciales y pesqueros de la UE con terceros países. Lo acabamos de comprobar en estos días, cuando el Parlamento ha rechazado la prórroga del acuerdo pesquero con Marruecos y el Gobierno de este país ha decidido que los barcos salgan de sus aguas.

El estado miembro más afectado por esta medida ha sido España. Las flotas de Andalucía –Cádiz especialmente– y de Canarias serán las más perjudicadas. Este hecho se ha producido en un mal momento, con un Gobierno en funciones y de retirada, sin que se haya formado el nuevo ejecutivo, y ha puesto de manifiesto la necesidad de prestar, a partir de ahora, mucha más atención a lo que sucede en las sedes del Parlamento en Bruselas y Estrasburgo. Está pendiente la ratificación del acuerdo de asociación entre este país y la UE; si el Parlamento Europeo rechaza el texto, el sector español de frutas y hortalizas resultará beneficiado. Son la cara y la cruz.