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Confusión progre

La Razón
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Juan José Millás no sabe a qué atenerse, porque, según escribió en «El País»: «De las declaraciones de los dirigentes del PSOE se deduce que ser de izquierdas pasa ahora mismo por adoptar decisiones políticas de derechas», y apunta la posibilidad de «soluciones económicas de izquierdas para salir del lío en el que nos ha metido la derecha ecuménica». Esto último es un error, porque ha habido crisis en países con gobiernos de todo tipo. Pero el otro punto es interesante: ¿cómo distinguir las políticas económicas de izquierdas? Por ejemplo, subir los impuestos es de izquierdas, subir el gasto público y la deuda pública también lo es, recortar la libertad económica para no dejarnos a expensas del capitalismo salvaje es de izquierdas. Ampliar la coacción política y legislativa en aras del bien común es de izquierdas. Pues bien, todo eso, que es de izquierdas, es precisamente lo que ha caracterizado la política de Smiley y sus secuaces, que han llegado a prohibir a los ciudadanos fumar en sus bares. Esto es de izquierdas. Dirá usted: también lo ha hecho Sarkozy y gobernantes de diversos colores. Es verdad, pero no quiere decir que todo el mundo se haya vuelto de derechas; por lo que sabemos de la izquierda, la conclusión podría ser la contraria. En cualquier caso, Millás no puede echar un vistazo alrededor y sostener que lo que ve es exclusiva y característicamente de derechas, cuando no lo es.