Una escisión de Al Qaeda reivindica el secuestro de Tinduf

MADRID- Un grupo disidente de la célula terrorista de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) reivindicó en la tarde de ayer el secuestro de los cooperantes españoles Ainhoa Fernández y Enric Gonyalons y de la italiana Rossella Urru el pasado 23 de octubre en los campos de refugiados saharauis de Tinduf (Argelia).

«Somos el grupo Jamat Tawhid Wal Jihad Fi Garbi Afriqqiya, en el oeste de Africa. Reivindicamos la operación que tuvo lugar el 23 de octubre en Tinduf, donde fueron secuestrados dos españoles y una italiana», reza el escueto comunicado de reivindicación enviado en audio y vídeo al corresponsal de la agencia France Presse en la capital de Mali, Bamako. Al parecer, un hombre que se identificó como portavoz del grupo leyó el texto por teléfono a la citada fuente.

Sólo unas horas antes, Al Qaeda había negado que tuviera nada que ver con la captura de los activistas prosaharauis, aunque sí se atribuyó el secuestro de los cinco occidentales apresados en Mali a finales de noviembre y que en este momento permanecen privados de libertad en algún lugar del Sahel. Lo cierto es que, en un principio, todos los expertos apuntaron a la responsabilidad de AQMI, que parece tener a los ciudadanos españoles como un objetivo prioritario. Sin embargo, el grupo nunca se atribuyó la acción, abriendo paso a otras hipótesis. La más plausible, según informaciones periodísticas, correspondía a que la acción era obra de una «katiba» (célula terrorista) disidente que trataba de ganarse los galones para actuar en nombre de Al Qaeda. Ayer llegó la confirmación.

Fernández de Rincón, Gonyalons y Urru fueron secuestrados en un asalto a tiros de las dependencias en las que se alojaban en el centro de recepción de Rabuni, en los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf (desierto argelino). Lo cierto es que el secuestro ha estado desde el principio rodeado de múltiples incógnitas e informaciones confusas. Nunca hasta ahora se había producido una acción de este tipo en Tinduf, donde desde hace más de 30 años resisten decenas de miles de refugiados saharauis comandados por el Frente Polisario.