Jubilación
Libertad para trabajar
Las primeras líneas conocidas sobre la reforma laboral que aprobará el Gobierno este viernes, avanzadas ayer en el Congreso por la ministra de Empleo y Seguridad Social, coinciden en el objetivo de racionalizar un sistema laboral arcaico aplicando grandes dosis de libertad y de sentido común. No cabe ya duda alguna de que la pésima gestión que el Gobierno del PSOE hizo de la crisis es la causa principal de que el desempleo supere ampliamente los cinco millones de parados. Y de que se hayan encendido las luces de alarma en las cuentas de la Seguridad Social, lastradas por la falta de ingresos y amenazadas por el aumento del gasto en prestaciones por desempleo. Por eso urge detener la sangría de puestos de trabajo, lo que pasa necesariamente por romper la rigidez de un sistema heredado del proteccionismo predemocrático. A la ya anunciada simplificación del número de contratos existentes, al fomento del empleo juvenil o a una nueva formación profesional, se suma ahora el cambio en los procesos de jubilación. Acierta la ministra al proponer soluciones como ajustar más la pensión de jubilación a toda la vida laboral del trabajador, pero sobre todo en acabar con el escándalo de las jubilaciones anticipadas en grandes o pequeñas empresas a costa de todos los contribuyentes. Entre las soluciones propuestas por Fátima Báñez figura además la de conceder al trabajador la posibilidad, nunca la obligación, de ampliar su vida laboral a voluntad, o incluso la de trabajar mientras cobra parte de su pensión para mejorar las condiciones de la cantidad que cobrará al cesar en su actividad. Son medidas que añaden libertad de elección y permiten aliviar la caja de una Seguridad Social que también requiere de mejoras en su gestión. Acierta también la ministra al proponer que la reforma de las pensiones se inscriba en el Pacto de Toledo, y se haga por tanto basada en el diálogo, recuperando el respeto a un sistema que el PSOE no tuvo empacho en vulnerar para congelar las pensiones. Aumentar los espacios de libertad del ciudadano es la mejor receta para recuperar la economía y el empleo, aproximando nuestro mercado laboral al de los países donde el paro, pese a la crisis, ha dejado de ser el gran problema. Es una política que coincide, además, con la propuesta del ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, que anunció ayer en sede parlamentaria que se agilizará la apertura de pequeños comercios con una ley que suprimirá la licencia previa de apertura y obra. Los emprendedores tendrán que ajustarse a las normas en vigor en cada localidad, pues de no hacerlo serán sancionados, pero no tendrán que esperar largos plazos de tiempo con su inversión paralizada hasta que las sucesivas administraciones los autoricen a comenzar la actividad.
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