Aragón

La remontada fantasma

Ni el voto de castigo de los desengañados del PSOE ni el impulso de los «indignados», movimiento que IU hizo suyo a las primeras de cambio; los votantes de izquierda no han desembarcado en la formación que lidera Cayo Lara.

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Si su intención era no hundirse, objetivo cumplido; si lo que buscaba era una remontada histórica, ésta se ha quedado por el camino. Y es que, pese a convertirse en la tercera fuerza política a nivel nacional, con el 6,31% de los votos, apenas supera en 0,82 puntos sus resultados de 2007. Las aspiraciones de IU no se han cumplido. El llamado a ser el Ave Fénix de estos comicios no ha resurgido de sus cenizas, por lo que se complica su presencia en ayuntamientos y gobiernos autonómicos.

De poco o nada le servirán los 1.423.792 de votos obtenidos, más si cabe cuando su socio habitual, el PSOE, ha perdido algo más que peso político. Eso sí, la formación será decisiva en Extremadura y Aragón, donde los socialistas necesitan su apoyo para gobernar. En cifras, IU habría logrado hasta 26 diputados y 2.230 concejales. Asimismo, obtendría mayoría absoluta en 58 ayuntamientos y relativa en otros 53. Las alas del Ave Fénix se quemaron incluso antes de iniciar el vuelo.

De la euforia a la cautela
En casa de Izquierda Unida la euforia inicial de los primeros días de campaña darán paso hoy a un análisis racional de la realidad. Y es que los resultados obtenidos en las urnas no acompañan la alegría de la formación. Si bien es cierto que no se han hundido, como en otras ocasiones, y se mantienen tampoco han logrado la remontada esperada y, mucho menos, hacerse con el apoyo de los socialistas desengañados. Ahora toca averiguar por qué los votantes siguen sin confiar en IU.