Barcelona
Atrapado en el tiempo
Franco murió en 1975. A pesar de ello, sigue siendo la permanente referencia del nacionalismo catalán para justificar su política lingüística. Los años pasan y el discurso permanece petrificado. Al igual que Bill Murray estaba condenado a repetir una y otra vez el día de la marmota en la película «Atrapado en el tiempo», parece que la vida pública catalana no consigue superar el discurso decimonónico de un nacionalismo identitario que está atenazado por conceptos como «patria» y «nación». Los años pasan pero se mantienen esas mismas obsesiones, que se extienden, incluso, a personas y sectores que desean ser aceptados por los guardianes de la ortodoxia. En casa hablan castellano, les gusta viajar a Madrid y hacer negocios en el resto de España, pero en Cataluña se enfundan una barretina simbólica para recibir una palmada complaciente y así sentirse aceptados. Un ejemplo de ello es Chacón. Ministra de Defensa en Madrid y nacionalista catalana en Barcelona. He de reconocer que es un debate que me produce pereza intelectual.
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