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Conflicto a cerrar

La Razón
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Una lástima. Sólo el poder electoral podía lograr la coexistencia entre los dos sectores alicantinos del PP. La derrota en los Ayuntamientos de Mónica Lorente en Orihuela, de Celia Lledo Villena, de Jorge Sedano en Alcoi, y la escisión en Benidorm por parte de Gema Amor, importantes municipios bajo el patrocinio político de Joaquín Ripoll, conformaron un flanco demasiado vulnerable para quienes añoraban un campo de batalla tan propicio para asaltar la Diputación. En un momento en el que el PP había arrasado, ni siquiera se permitió intervenir a los directivos nacionales de la calle Génova. Y digo que es una pena, porque estas confrontaciones internas nunca son aconsejables, pero resultan más inéditas en periodos de vacas gordas, cuando parece que todos tienen cabida y, como dicen de despachos para dentro, «hay para todos». La aportación de Ripoll al PP, a la Comunitat y a Alicante merecía mejor suerte. También es verdad que las cosas nunca debieron llegar a los extremos alcanzados, porque la sangre, aunque no llegue al río, se hace inevitables. En cualquier caso, confío en su inteligencia, así como en la altura de miras del presidente Francisco Camps, alcaldes y concejales afectados, para cerrar con sabiduría y, si se me apura, con generosidad este conflicto. La cosa no debería ir a mayores. Así es la vida.