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Maratón en Nueva York

La Razón
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Dentro de nada se celebra un año más la Maratón de Nueva York y, oigan, yo no sé qué reparten, pero sí sé que las gentes más «fashion» del mundo de la gastronomía española se pasan todo el año preparándose para correrla. Desde Samanta Vallejo-Najera, alias «Samanta de España», hasta Darío Barrio, pasando por Paco Roncero, Joaquín Felipe o Yayo Daporta, restauradores del más alto nivel se dan cita en este acontecimiento deportivo, al que tampoco faltan otro tipo de celebridades.

El año pasado y el anterior, por ejemplo, también corrió muy exitosamente Ana Escobar –maestra de comunicación en asuntos gastronómicos–, María Fitz-James Stuart, de nombre aristocrático y agencia de eventos llamada «Cien Volando», y Anne Igartiburu que, aunque las lenguas de doble filo cuentan con muy mala idea que tardó cinco horas y veinte, que debe ser una barbaridad, la acabó también como una campeona.

El caso es que está de moda largarse a la ciudad de los rascacielos y liberarse de todos los excesos de los cócteles de sociedad. Debe ser que, desde hace mucho, suelen acudir a ellos deportistas renombrados, y el agravio comparativo hace mucho daño. Porque, claro, se mira al Ronaldo de turno y se compara con el novio de la misma edad… y no hay color. Pero es que se repasa a alguno más madurito como Carlos Sainz y se contrasta con el marido de toda la vida y queda claro que al último le hacen falta unas cuantas carreritas. Ahora que, yo digo, sólo por dar ideas, que para correr no hace falta irse tan lejos, ¿no?