Novela
Qué vergüenza
Espectáculo vergonzoso. Así denominaba ayer mi amigo Rogelio la sesión de la Comisión de la Mujer de Les Corts. Por la convocatoria y por el desarrollo.No parece coherente el argumento para programar la reunión: reprobar al portavoz socialista «porque ataca demasiado al PPCV y al Consell». De lo más surrealista, porque el Reglamento de Les Corts no contempla ese extremo.Dicho esto, el comportamiento de la diputada de Ezquerra Unida, Marina Albiol, traspasa lo deleznable. La cita de algunos párrafos de un sumario ante la presencia de una persona afectada, desvela lo arrabalero del personaje.Por otra parte, la proclama de la representante del Compromís, Mónica Oltra, llamando al adulterio e invitando a la promiscuidad a las parlamentarias populares como tranquilizante, parece de lo más inoportuna. Un desastre como gracia. Si esos son los efectos de la terapia aplicada a si misma, le urge buscar otra, porque los resultados son bien decepcionantes.No imagino cómo hubieran reaccionado las interfectas, si esa exhibición hubiera sido protagonizada por hombres.Con semejantes modos se entiende que la imagen de los políticos se encuentre por los suelos. Así es la vida
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