Barcelona
Olomouc: musa de la Sexta sinfonía de Mozart
La ciudad más monumental de la República Checa, después de la imponente Praga, agasaja al turista con vinos y quesos de excelente calidad, con escenarios de castillos, cuevas y callejuelas medievales
Apartada de la Praga de las mil torres, la presumida capital de República Checa, encontramos a unos 280 kilómetros al este a Olomouc, localidad de cien mil habitantes alejada de las rutas más concurridas del turismo local. Una población sin «souvenirs», desinhibida del asfixiante peso de las matrioskas rusas, de la ubicuidad de Kafka, de las marionetas y de la omnipresente figura del soldado Švejk. Y con el reclamo de Mozart, pues en ella el compositor se refugió para huir de la viruela, urbe que le sirvió de inspiración para escribir su Sexta sinfonía.
Olomouc, antigua conexión entre Viena y los Países Bajos, es uno de los representantes más orgullosos de la región de Moravia, jalonada por vastas extensiones de viñedos, de campos de girasoles y de bosques de abedules que suavizan la temperatura de una región que vive en un permanente otoño. Una ciudad dibujada sobre los trazos de Praga, pero sin su bullicio, menos angosta, con 13 plazas empedradas –dedicadas a escenas mitológicas–, pináculos, torres y agujas apuntando al cielo, y un aire de carruajes y mercados medievales que convive con las cicatrices del comunismo, que ha dejado su impronta en dos centros comerciales de estilo brutalista.
Moravia es una región de tradiciones donde sobreviven los gremios, la alfarería, los quesos de fabricación artesanal y los licores caseros, fundamentalmente el Slivovice, de zumo de ciruela, que cada familia aún elabora según la receta de sus antepasados a pesar de las recientes prohibiciones.
Olomouc, patrimonio de la Unesco, es el umbral de un recorrido por una región humilde y abierta donde el turista es la excusa perfecta para hacer gala de sus riquezas. Un viaje a la antigua España rural, espontánea, de las comidas caseras, la hospitalidad y las ganas de agradar al viajero a pesar de las barreras que impone el idioma.
Los tranvías surcan los alrededores del centro histórico desde 1882. Preside el entorno la fuente de la Santísima Trinidad, símbolo de la rivalidad con la ciudad de Brno. Junto a ella, la polémica fuente de Arión, diseñada en 2002 con un coste superior a un millón de euros y cuyas composiciones en bronce narran la leyenda del poeta, cantante y guitarrista griego que fue salvado de las olas del mar por un delfín atraído por su canto.
Junto a las dos fuentes se levanta el Ayuntamiento, antigua prisión y lugar de tortura, donde sobre su fachada, se puede contemplar un reloj astronómico de 15 metros que sirve de punto de encuentro a alegorías medievales y estampas del realismo social soviético.
Cuevas y castillos
La ciudad esconde otros secretos que debe descubrir el viajero por sí mismo. Por ejemplo, el órgano más grande de Europa Central, oculto en la iglesia de San Mauricio; o la mayor carroza funeraria del mundo, en el Museo de carruajes. También espera a ser recorrida la calle Mlýnská, donde se mantiene en pie un tramo de la antigua muralla (bajo la cual han arreciado varios cafés y una discoteca), y que desemboca en un pasadizo que es un auténtico viaje al pasado. En el otro extremo, junto al estadio del Sigma Olomouc, un avión soviético Tupolev de 1974 varado en medio de una avenida hace las veces de bar-restaurante; mantiene abiertas sus compuertas hasta las seis de la mañana, mientras el Dj selecciona algo de música rock desde la cabina.
Para los que buscan cómo llenar una estancia que bien puede ocupar cuatro días, en los soportales del Ayuntamiento se encuentra la Oficina de Turismo, donde es recomendable reservar paseos en barca por el río Moldava, cursos de fabricación de cerveza, excursiones en autobús a las profundas cuevas de Javorice o visitas a lugares emblemáticos como el castillo de Bouzov o las bodegas de Uherské Hradište. En el pequeño pueblo de Loštice se localiza la fábrica de los quesos más populares de la región, los olomoucké tvaružky, desde 1876 reconocidos mundialmente por su sabor, su intenso olor y su bajo contenido en grasa. Para llevarse una buena panorámica hay que subir la Colina Santa, lugar de peregrinación que ofrece las mejores vistas de la región.
La guía Total de República Checa dedica un amplio apartado a Moravia central y a la ciudad de Olomouc. Además de los principales monumentos que hay que visitar, la obra incluye un mapa del país y recomendaciones sobre los hoteles, restaurantes, tiendas y museos que no hay que perderse en la región.
>> Cómo llegar. Iberia ofrece tres vuelos directos a la semana, los lunes, jueves y domingos, a Praga desde Madrid. Además de dos diarios, en código compartido con Czech Airlines. También, gracias al acuerdo de código compartido con Vueling, Iberia ofrece un vuelo diario directo desde Barcelona, excepto martes y jueves, y uno diario, más otro adicional, excepto los domingos, en código compartido con Czech Airlines en la ruta Barcelona-Praga. Desde la capital de la República Checa el viajero puede llegar a Olomouc por carretera o en tren.
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