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Alucinante por Reyes Monforte
Sabido es que en tiempo de guerra cualquier agujero es trinchera, un axioma que se puede aplicar perfectamente al tiempo de crisis si se cambia agujero por terreno. Y esto es lo que una asociación cannábica de autoconsumo ha planteado- que no plantado, al menos de momento- a este pueblo de Tarragona. Su planteamiento es claro: como hay crisis, ustedes nos alquilan un terreno, nosotros plantamos marihuana para consumo propio y, si no propio, terapéutico, a ver si así cuela. En su versión más optimista esta propuesta sin precedentes, «pionera a nivel mundial», según los abogados contratados por el Ayuntamiento de Rasquera para intentar justificar la legalidad del proyecto, lo contemplan como una solución al desempleo. Alguno ya habrá hecho cuentas: la mitad de los parados, a plantar marihuana y la otra mitad, a venderla en los puntos de venta autorizados, y así todos colocados. Podría tener su aquel medicinal, pero la propuesta parte de un club de 5.000 socios fumadores, no de Sanidad. Con esta historia, el genio Berlanga hubiese hecho otra joya del séptimo arte. Tiene casi todos los ingredientes, hasta un alcalde que asegura que no piensa entrar en lo que se planta en sus terrenos. No es buena frase para un alcalde, créame. Mucho mejor la de Berlanga en su inolvidable Bienvenido Mr. Marshall en boca del gran Pepe Isbert: «Como alcalde vuestro que soy, os debo una explicación, y como os la debo, os la voy a dar». Y debería dársela a todo el pueblo porque lo realmente alucinógeno es cómo un municipio de 800 habitantes ha llegado a tener una deuda de 1,3 millones de euros. Suena a que alguien ha plantado antes de tiempo, ha comprobado en pulmón propio la calidad y ha terminado haciendo virguerías con las cuentas públicas. Eso si que es alucinante.
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