Estados Unidos

La Virgen se apareció en Wisconsin

Los católicos norteamericanos están entusiasmados: ya tienen una aparición mariana reconocida oficialmente por la Iglesia en Estados Unidos. David Laurin Ricken, el obispo de Green Bay (Wisconsin), ha decretado la autenticidad de los hechos.

Para acoger a los peregrinos que llegaban al lugar de las apariciones se construyó el santuario de Nuestra Señora del Buen Socorro
Para acoger a los peregrinos que llegaban al lugar de las apariciones se construyó el santuario de Nuestra Señora del Buen Socorrolarazon

Las apariciones que tuvieron lugar en el pueblo de Champion (Wisconsin) en 1859, un año después de los sucesos de Lourdes, son peculiares por su mensaje a la vidente. No pidió que se construyera una iglesia ni llamó a la conversión, sino que pidió a la joven Adele Brise: «reúne a los niños de este país salvaje y enséñales lo que deben saber para la salvación». Y más concreto aún: «enséñales con sus catecismos, cómo hacer la señal de la Cruz y cómo acercarse a los sacramentos; eso es lo que deseo que hagas. Vete y no tengas miedo, yo te ayudaré».

Adele Brise llegó a Estados Unidos en 1855 con sus padres y sus tres hermanos. Ella tenía 24 años. En Bélgica había querido ser religiosa, pero la pobreza e inmigración lo habían impedido. Se establecieron en Wisconsin, una zona boscosa a la que llegaban muchos pioneros belgas para las áreas rurales, pero casi sin atención religiosa: durante mucho tiempo hubo un solo cura para medio estado.

Un día Adele vio una dama vestida en un blanco brillante, con una corona de estrellas en la cabeza. Al cabo de unos minutos, la imagen desapareció dejando una nube blanca. Unos días después Adele acudía a misa con su hermana Isabel, recorriendo la misma ruta. Al llegar a unos árboles, volvió a ver la dama de blanco entre ellos. Pero siguió su camino, en la iglesia habló con el sacerdote, y él le dijo que si se trataba de un mensajero celestial volvería a verlo, y podría preguntarle quién era. Cuando Adele y su acompañante volvían a casa por el mismo camino, la dama de blanco volvió a aparecer y le dio el mensaje.

 Su padre construyó una pequeña capilla en el lugar de la aparición a la que acudían peregrinos. Adele tenía 28 años y recorría las casas y caminos predicando su mensaje a los emigrantes francohablantes y animando a los niños a conocer el catecismo.

En 1865, el capellán de la colonia belga, convencido por sus palabras, le animó a crear una escuela. Un puñado de mujeres se le unieron y abrieron un colegio gratuito para niños pobres de emigrantes. Adele enseñaba el catecismo, y otras compañeras diversas materias. Formaron una comunidad de terciarias franciscanas, con hábito, pero sin ingresar plenamente en la vida religiosa.

La aprobación del obispo Ricken llega después de casi dos años de investigación sobre los hechos, una investigación encargada a tres expertos marianos. El miércoles, durante la fiesta de la Inmaculada Concepción, patrona de Estados Unidos, se dio la aprobación diocesana oficial a las apariciones y se leyó el decreto en una misa especial en el santuario de Nuestra Señora del Buen Socorro, lugar de las apariciones: «declaro con certeza moral y de acuerdo con las normas de la Iglesia que los acontecimientos, apariciones y locuciones dadas a Adele Brise en octubre de 1859 presentan la sustancia de carácter sobrenatural, y yo por la presente apruebo estas apariciones como dignas de fe - aunque no obligatorias - para los fieles cristianos».