La lucha por la vida de Belén

MADRID- «No sueñes tu vida, vive tus sueños». El lema que Belén Langdon, la menor herida en el Madrid Arena, eligió para su perfil en internet describe a la perfección, según sus amigas, el carácter vitalista de esta joven. En una sala del Hospital 12 de Octubre libra ahora la batalla más dura a la que se ha enfrentado en sus 17 años de vida. «Necesitamos un milagro, pero confiamos en poder volver a tenerla entre nosotros pronto», reconoce Ana, una de las decenas de amigas que se acercaron al hospital. Las mismas que aseguran que la familia Langdon es un piña. Ayer llegaron a Madrid sus padres tras un largo viaje desde Brasil, país en el que él trabaja y al que ella se había trasladado para acompañarle durante el puente. Pese a que el hecho de que superara la madrugada del jueves constituye una señal positiva, su estado de salud continúa siendo muy crítico. Permanece estable, aunque se mantiene con vida gracias una máquina de respiración artificial. El aplastamiento del que fue víctima ha provocado que tenga una grave inflamación en el cerebro y el pecho torsionado. A petición de los padres, que nada más aterrizar en Barajas se desplazaron al 12 de Octubre, no se emitirán por el momento nuevos comunicados sobre su evolución.

Belén es la sexta de siete hermanos. La familia vive en la localidad de Cobeña, en el noreste de Madrid. Es alumna del colegio Aldeafuente de La Moraleja, en donde ayer sus compañeros celebraron una misa para rezar por ella. Los alumnos continuaban conmocionados por el duro golpe que recibieron y los responsables del centro decidieron cancelar los exámenes programados para este viernes. Además, desde su círculo de amigas más cercano se puso en marcha una iniciativa, vía Twitter –@todosconbelen–, que apenas unas horas sumó más de 1.000 seguidores. Éste se convirtió en el mejor canal para expresar el deseo de los suyos de que consiga salir adelante. «Tu puedes, sé fuerte. Toda España está contigo, tú puedes salir de ésta», era uno de los mensajes colgados en la red social.

Borja, uno de los hermanos de Belén, reconocía, en declaraciones a la cadena Cope, que los médicos les habían reconocido «que no hay esperanza» y que la vida de su hermana se estaba apagando poco a poco. «Gracias a Dios han podido mis padres ver a su hija y hemos podido estar todos juntos rezando serenamente». Con una gran entereza, reconoció que habían celebrado una misa todos ellos en la capilla del hospital y que ya habían «puesto la vida de su hermana en manos de Dios». Él mismo, que es sacerdote, le dio la unción de enfermos.
María Teresa A. V., la otra herida en la macrofiesta, también continúa ingresada en la UVI de la Fundación Jiménez Díaz. Con 20 años de edad, esta joven permanece grave, pero «su vida no corre peligro», aunque es probable que sufra graves secuelas en el futuro.