Financiación autonómica
El fervor marianista
La proximidad de la victoria hace crecer el carisma hasta extremos impensables. El fervor marianista impregna a los dirigentes del PP. Muchos andan pensando en cómo agradar al líder para que cuente con ellos en el futuro gobierno. Las deslealtades de antaño ahora son lealtades tan firmes como el Himalaya. Es curioso comprobar que los que se ofrecieron a presidentes autonómicos para ser consejeros, aunque fuera de submarinismo, o enredaron para formar una candidatura alternativa sueñan con el sillón del consejo de ministros o al menos una secretaría de Estado. Todos son amigos del presidente Rajoy y poco a poco se pierde el uso del nombre. En breve hasta los que no tenemos esa proximidad olvidaremos que se llama Mariano. Es divertido escuchar que muchos fueron sus colaboradores en los años de Génova o que estuvieron a su lado en los gobiernos de Aznar, cuando ya veían que iba a ser el sucesor. Ni el Oráculo de Delfos sería capaz de superarles. Todos se sacrificaron estando a su lado en la travesía del desierto. Cosas de la ambición política.
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