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David contra Goliat

La Razón
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Luis García, entrenador del Getafe, pertenece a la nueva generación de técnicos que han obtenido fama y prestigio sin haber sido jugadores de elite. Es, como su sucesor en el Levante José Ignacio Martínez, el caso de quienes han salido de clubes segundones. Un David. En idéntica podríamos añadir a Guardiola, aunque éste tenga detrás historial de futbolista internacional. En el campo de los entrenadores, de vez en cuando, se producen alumbramientos de individuos a quienes hay que tomar en consideración, aunque no posean el pedigrí que los permita figurar en la orla de los grandes. Luis García puede presumir, aunque no lo hace, de haber derrotado a Guardiola y a Mourinho. A éste dirigiendo al Levante y al catalán esta temporada.
Conducir un equipo modesto, de presupuesto medido, y con la exigencia de la permanencia, es compromiso que solamente se puede aceptar con gran dosis de optimismo. Estos clubes son para luchadores, para individuos que conocen perfectamente cuál es su futuro. Para ellos nunca se abre la puerta de un club con grandes ambiciones. Tienen espíritu de Robin Hood. Se trata esta semana de quitar al rico para provisionar la despensa del pobre. El Getafe-Madrid es confrontación desigual pese a que podría darse la sorpresa, como ocurrió con el Barça. No existe otra liga europea con mayores desproporciones. Es la única también, salvo Escocia, en la que solamente dos clubes pueden ser campeones y los entrenadores como Luis García se rebelan contra ello.
Posdata. La destitución de Manolo Preciado nos ha dolido a muchos. ¡Qué gran tipo!