Cataluña

Los trama Pretoria sospechaba que estaba siendo objeto de investigación

Lluís Prenafeta exigía discreción a sus interlocutores en sus conversaciones telefónicas. Macià Alavedra sufría por el futuro de sus depósitos en Andorra

Lluís Prenafeta sospechaba de que estaba siendo investigado y pide a su interlocutor que no de nombres ni detalles sobre una operación
Lluís Prenafeta sospechaba de que estaba siendo investigado y pide a su interlocutor que no de nombres ni detalles sobre una operaciónlarazon

Barcelona- Las conversaciones telefónicas se han convertido en la herramienta fundamental de la Justicia para desentrañar las relaciones entre los miembros de la trama Pretoria, así como su «modus operandi». Sin embargo, estas conversaciones –reflejadas en el sumario– muestran cómo poco a poco los intregrantes de esta trama fueron sospechando que estaban siendo investigados. No en vano, la mayoría de los implicados disponían de numerosos teléfonos móviles que utilizaban intercaladamente para evitar levantar suspicacias.Aunque Bartomeu Muñoz y Luis García «Luigi» utilizaban el teléfono sin ningún tipo de reparos, el ex alto cargo de CiU Lluís Prenafeta cuidaba con esmero sus conversaciones telefónicas e instaba a sus interlocutores a medir sus palabras. Especialmente, en sus conversaciones con el empresario y también imputado por la trama Pretoria, Lluís Casamitjana. «No hablemos de apellidos», exigió en más de una ocasión Prenafeta a Casamitjana durante la conferencia telefónica en que el ex alto cargo de CiU recomendó al propietario de Espais apuntar «hasta más arriba de los consellers» par conseguir los favores del Govern. Casatmitjana se refería insistentemente al secretario de Política Financiera de la Generalitat, Jordi Pericas, como «Pericas», a lo que Prenafeta apostillaba con nerviosismo «llámalo Jordi, por favor». En otra conversación de julio de 2009, el ex alto cargo de CiU advertía también a Casamitjana de los peligros de hablar por teléfono de los movimientos y recomendaba que no mantuviera contactos telefónicos con miembros del Govern. «Permíteme un consejo, habla lo menos que puedas por teléfono de estas cosas», apuntó Prenafeta. Según el ex secretario general de Presidencia de Pujol, el teléfono no era una buena herramienta de trabajo porque no permitía realizar «preguntas comprometidas».«Los libros» de AndorraLa discreción también era marca de la casa en el «modus operandi» del ex conseller de Economia Macià Alavedra con sus contactos en el Principado de Andorra. La amenaza de un posible levantamiento del secreto bancario atormentaba a Alavedra, que decidió recuperar 300.000 euros que tenía depositados en el principado, según se desprende de las conversaciones telefónicas reflejadas en el sumario. La discreción marcó el proceso de entrega de «los libros» (la palabra clave para referirse al dinero) de tal manera que el propio Alavedra no conseguía entender el procedimiento que debía seguir para efectuar la maniobra. Finalmente, «un amigo de Lluís (Prenafeta)» fue el encargado de hacerle llegar «los libros» desde Andorra hasta su oficina.

Criticando las «chorizadas» ajenasEl ex diputado del PSC Luís García y el ex alcalde de Santa Coloma de Gramenet Bartomeu Muñoz detallaban con pelos y señales sus maniobras a través del teléfono y se explayaban profiriendo todo tipo de insultos a sus interlocutores como al «idiota» del alcalde de Sant Adrià del Besós, Alfonso Cangas, o al «hijo de puta» del presidente del FC Barcelona, Joan Laporta. Es más, la posibilidad de estar incurriendo en un «fraude de ley» les provocaba sonoras carcajadas. En una ocasión, Muñoz recibió una llamada de un compañero de partido que le comunicaba que el presidente de la Federación de Asociaciones de Viviendas Sociales de Cataluña (FAVIBC), Manuel Moreno, utilizaba la visa oro de esta entidad para gastos personales y le instaba a proponer su destitución. «Con una chorizada no te puedes ir alegremente», no tuvo reparos en afirmar Muñoz.

«Bartu» quería estar ocho años más de alcaldeAdemás de ganar dinero con operaciones presuntamente ilícitas, el ex alcalde de Santa Coloma de Gramenet, Bartomeu Muñoz, tenía una obsesión que comparte con el resto de la clase política, ganar las elecciones. Su idea era seguir al frente de Santa Coloma dos legislaturas más, tal y como confiesa a su socio Manuel Carrillo, con quien «negoció» la contrata de limpieza del Ayuntamiento. «Mis planes son largarme en ocho años», le confesó en una conversación telefónica intervenida. Pero para ganar, había que meterse a la gente de Santa Coloma en el bolsillo. Aunque vistiendo de rojo socialista, Bartomeu tenía todas las de ganar en Santa Coloma, vivero de votos del PSC, «Bartu» se preocupaba por cumplir con los ciudadanos. En una conversación con el director de Servicios Municipales, Pasqual Vela, para amañar un concurso público, el ex alcalde se interesa por si el mercado, el supermercado, la biblioteca y a guardería estarán listos entes de las elecciones. Vela le comenta «cuenta que para las elecciones el edificio (del Mercat de Fondo) estará entero y es posible que el mercado y el supermercado estén funcionando». «Bartu» también se preocupaba por la imagen. En una charla con «Luigi», lamenta que su equipo le montará «la web de siempre, la porquería de siempre». Le habla de utilizar «Facebook» y «Twister» para impregnar de aire Obama su imagen.