Córdoba
El PSOE enmienda la plana a Zapatero en su apoyo al presidente de Francia
Presenta una propuesta de condena de la estigmatización contra los gitanos
MADRID- La semana empezó mal con Zapatero en Oslo. Su nueva definición de parado descolocó a propios y extraños. Y no sólo la definición, también su presencia en una cumbre sobre empleo en la que a España, tal y como pasó con el desparpajo del director del FMI, sólo podían ponerle la cara colorada. De incomprensible han calificado esta semana varios diputados del PSOE la presencia, la compañía y las palabras del presidente del Gobierno en Noruega. Nadie encuentra respuestas para el «disparate» de Oslo, que ha recordado a la cumbre de Davos con la que en enero empezaron muchos de los males de nuestra economía. Y si perceptible es el malestar por este asunto, no menos los es por el apoyo cerrado que Zapatero dio el jueves a Sarkozy en el último Consejo Europeo al hilo de la controvertida expulsión de gitanos.
Muchos fueron los asombrados por las palabras del presidente del Gobierno haciendo piña con el de la República francesa. Zapatero llegó a decir que Sarkozy tenía argumentos para la expulsión y que cada país tiene derecho a poner mecanismos dentro de la legalidad para solventar sus problemas de seguridad. Esta intervención del presidente descolocaba por segunda vez en una semana a los socialistas, que habían criticado la política de Sarkozy. El mensaje entraba en contradicción con las políticas de integración, multiculturalismo y guante de seda con la inmigración que ha mantenido el PSOE. Tanto es así que, unas horas antes de que Zapatero expresara su opinión en el Consejo Europeo, el PSOE había registrado en el Congreso una proposición no de ley en la que pedía que, en el ámbito de las instituciones europeas, se impulsaran las medidas necesarias para «la integración de las minorías en Europa» con el objetivo de «relegar posturas que puedan conducir a la emergencia de brotes racistas o xenófobos». Asimismo, el texto insta al Gobierno a promover la implementación efectiva de las medidas de la declaración de Córdoba, en particular a las referidas a la inclusión social y económica romaní, y además pide al Ejecutivo que defienda «una posición firme» contra «la estigmatización», así como la necesaria coordinación de todas las instituciones de la UE. El firmante de la propuesta, el portavoz del PSOE en la Comisión Mixta de la UE, Juan Moscoso, llega a decir en el texto que la expulsión colectiva «atenta directamente contra la Carta Europea de Derechos que las prohíbe expresamente». Europa, recuerda, «no se construye sólo con políticas económicas y financieras, con el mercado interior o el euro; Europa se construye fortaleciendo la integración de su ciudadanía y asegurando los valores que rigen la convivencia democrática». Queda claro que con esta proposición no de ley que, visto lo visto quizá nunca llegue a pleno, el PSOE enmienda la plana a un Zapatero al que los suyos no reconocen desde hace tiempo en el discurso.
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