Londres

Crónica negra: Talio el veneno ultrasecreto

Alexander Litvinenko en el hospital días antes de morir
Alexander Litvinenko en el hospital días antes de morirlarazon

Se investiga el cuerpo de Laura, una enfermera de 34 años del Hospital Insular de Gran Canaria fallecida tras varios ingresos no aclarados. En la autopsia le han encontrado rastros de sustancias que no pertenecen a un tratamiento médico reglado: benzodiazepinas, barbitúricos, insulina en unas cantidades desproporcionadas, codeína y talio. Este último es un metal mortal, el veneno preferido del KGB y los servicios secretos de Sadam Hussein.

El marido de Laura, Iván, también enfermero, ha sido detenido e ingresado en prisión de forma preventiva. Su abogado defensor afirma que no entiende nada, que amaba a la fallecida y que jamás habría sido internado en la cárcel si no se hubieran dado varios casos de violencias doméstica coincidiendo con estos hechos. El talio es un veneno ultrasecreto, prohibido como matarratas, difícil de obtener. En la actualidad, salvo en algunos sitios de internet, sólo se consigue en los hospitales, dado que se les suministra a los pacientes cardiovasculares para pruebas de esfuerzo con isótopos.

Hace unos años se produjo en Madrid un extraño caso de envenenamiento por talio del que se sospechó que fue comprado en internet. No se detuvo a los culpables. La fama le llegó a este mineral asesino cuando el espectacular caso en 2006 del espía ruso Alexander Litvinenko, aquel extraño agente muerto en Londres que cayó fulminado en horas. Se dijo que lo habían asesinado con talio pero luego descubrieron otro veneno radiactivo: el polonio, descubierto por Marie Curie.

El talio figura como arma del crimen en una de las más famosas novelas de Agatha Christie, el «Misterio de Pale Horse», donde la aguda escritora describe los síntomas de la intoxicación por talio. La lectura de este libro ha salvado más de una vida. El veneno talio además de ser rápidamente mortal tiene unos síntomas que despistan. Al principio parecen los de una vulgar gripe, luego hay fuertes dolores en la piel y las articulaciones, fallos respiratorios y parálisis. Uno de los síntomas más llamativos es que se cae el pelo a puñados.

Laura, la presunta envenenada con talio, ingresó en el hospital en numerosas ocasiones cada vez de forma más seguida y con peor pronóstico.El motivo de tanto ingreso no daba la cara y se planteaban viajar a la península desde Gran Canaria cuando se produjo el fallecimiento en julio. Su marido fue trasladado al centro penitenciario del Salto del Negro como presunto autor de la muerte.

La juez que interviene en el caso es la del juzgado de Primera Instancia número 7 de Violencia contra la mujer de Telde investiga si la enfermera Laura murió por ingestión de sulfato de talio. La lenta acción del talio permite acciones macabras como las protagonizadas por los servicios secretos que han envenenado a disidentes en la ceremonia de despedida. A uno de los principales se le dio un vaso de jugo de naranja y falleció al llegar a su punto de destino. Una activista fue envenenada con un yogur y murió a las pocas horas. El sulfato de talio se mezcla rápidamente con líquido y es inodoro, incoloro e insípido. Fue utilizado para intentar envenenar a Fidel Castro, mediante el procedimiento de rociar de talio sus botas: de haber tenido éxito habría muerto pelado como Litvinenko que se quedó completamente calvo como una bola de billar. La dosis fatídica es de 800 miligramos, ni un cuarto de una cucharadita. Para tratar la tiña se recetaban 500 miligramos.


Ferrocianuro, el antídoto
Su toxicidad se deriva del hecho de que los átomos de talio cargados tienen un tamaño prácticamente igual al de los iones potasio por lo que logra imitar la función del potasio e inutiliza el sistema nervioso. El antídoto más eficaz es el ferrocianuro férrico de potasio, llamado azul de Prusia. Este misterio entre enfermeros certifica la calidad de arma de especialista que tiene el talio. Sin embargo no explica que la víctima no se descubriera cosas raras al dar con sus huesos en la cama del hospital. Agatha Christie era sólo una enfermera durante la guerra, aunque en ella pesaban sus dotes como criminóloga. La intoxicación con venenos suele pillar desprevenido al servicio médico, que puede tener suerte si trata un amplio espectro. Sólo la constancia, la sospecha y el conocimiento de la casuística pueden llevar a la detención del culpable. Las conclusiones de la autopsia apuntan a la muerte por intoxicación de veneno tipo talio crónico. Conviene no olvidarlo: en especial la bronconeumonía, los dolores por todo el cuerpo, la pérdida del tupé, la gastroenteritis y el nombre del principal antídoto.

Quienes matan con este arma predilecta suelen ser personas frías, con conocimientos por encima de la media, que no dudan en gastarse cantidades importantes por la red. Saben que el sistema nervioso acaban colapsando.