Crisis económica

La utilidad del deporte

La Razón
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La actual coyuntura de crisis económica debe servir para clarificar, de una vez por todas, cuál es el papel que queremos que el deporte desempeñe en nuestra sociedad. Al respecto de esto, no faltan quienes, valiéndose de enquistados prejuicios, consideran que cualquier cantidad que desde las administraciones públicas se derive hacia el deporte supone un gasto superfluo, y no una inversión. Pero, en contra de los que así opinan, hay una realidad que se dibuja con trazo firme pese a quien le pese: el deporte es el fenómeno cultural más relevante de toda sociedad. E iría más lejos: por encima de cualquier otra actividad o ideología, el deporte no deja de confimarse como la principal forma de sociabilidad que existe, con una capacidad sin paragón para crear estados de opinión y estados de ánimo. Resulta apabullante el hecho de que constituye uno de los grandes universales sociales compartidos y aceptados en cualquier parte del planeta. De hecho, no estaría de más romper la restricción que en España existe sobre el campo de las llamadas «políticas sociales», para extender sus límites lo suficiente como para abarcar el deporte. Pocos programas de acción –sólo se le pueden comparar la sanidad y la educación- llegan a tanto espectro de población como las políticas deportivas.
Si la acción política consiste en la búsqueda de lo útil para la sociedad, nada más útil que el deporte. En plena crisis, cuando todas las políticas se dirigen a priorizar actuaciones por mor de la austeridad requerida, es el momento de reivindicar, con mayor énfasis que nunca, la utilidad del deporte. Desde un punto de vista estrictamente social, este sentido útil se proyecta en tres niveles perfectamente identificables: la salud, la educación y el ocio. Desde un prisma profesional, hay que referirse al deporte como un ámbito creador de millares de puestos de trabajo, y, además, como una «industria» capaz de aportar riqueza a un determinado territorio. Definitivamente, uno de los principales y más fiables indicadores que se pueden barajar a la hora de medir el desarrollo social y democrático de una sociedad es la importancia que el deporte tiene en ella. Tan denostado frecuentemente por la «falsa intelectualidad», por esa forma de entender el conocimiento basada en el rensintimiento hacia todo lo que huele a «popular» y mayoritario, el deporte constituye una de las principales apuestas que cualquier gobierno puede realizar a fin de garantizar el binestar de los ciudadanos.


Pedro Alberto Cruz Sáchez
Consejero de Cultura y Turismo