OPINIÓN: La sucesión

Se va Zapatero. No seguirá. Dijo que ya lo tenía claro desde incluso antes de llegar al poder. Por eso nos han tenido liados en el debate sobres si continuaría o no hasta que lo ha anunciado este fin de semana. Bueno, en el plano deportivo, nos quedamos este fin de semana sin ministrillo (secretario de Estado) de deportes y sin presidente (ministro) de deportes. Solé estará al frente de la cosa deportiva: entre la lucha contra el dopaje, lo más lúgubre de este oficio y que ha traído bandazos legales, operaciones policiales exageradas y acusaciones hundiendo a deportistas de forma merecida, pero a otros de forma un poco aplastante. El otro gran trabajo para su sucesor es intentar seguir adelante colgándose medallas en campeonatos. Cierto es que en estos ocho años el deporte (no es que el Gobierno sea el que corra, pero sí que bajo ese paraguas político y económico) ha despegado absolutamente. Se ha ratificado la supremacía en muchas disciplinas y hemos dominado el cetro mundial en otras, como el baloncesto y el fútbol.
En los libros de historia quedará la foto de los jefes que ahora se van en los éxitos. En los fracasos, siempre el deportista y en los dopajes, el médico. Así que otro marrón para que, en época de crisis no bajen los éxitos para evitar que luzcan más los fracasos.
A nivel de clubes, el debate sucesorio socialista es entre un merengue (Rubalcaba) y una culé (Chacón): la España plurinacional, periférica, con apoyo al Barça… o la España centralista, pragmática y menos idealista, con apoyo al Madrid