Navarra

Nuevas victorias para ETA

La Razón
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Desde que seis magistrados del Tribunal Constitucional –cinco de ellos propuestos por el PSOE– decidieron permitir que Bildu concurriera a las elecciones municipales y forales, el viento del devenir político sopla a favor de ETA. Su estrategia ha tenido éxito y sus triunfos sobre el Estado de Derecho se han acumulado. Hoy, ese mundo de violencia, intolerancia y terror está institucionalmente más fuerte que nunca. Gobiernan la Diputación de Guipúzcoa, el Ayuntamiento de San Sebastián y decenas de consistorios en el País Vasco y Navarra, y disponen, en consecuencia, de presupuestos millonarios de dinero público para financiar sus planes. Inquieta más que sorprende que ese tsunami proetarra esté progresando con poca o ninguna resistencia por parte de quien tiene los resortes y la responsabilidad de responder en nombre de la democracia como es el Gobierno. Existe una clima de resignación ante el fenómeno Bildu que sólo ha roto el Partido Popular con su anuncio de que impulsará cuando llegue al Gobierno la ilegalización de la coalición y la destitución de sus cargos públicos por su vinculación a ETA. Algo que la banda ya no se molesta en disimular, como quedó demostrado en el último comunicado en el que hizo suya la victoria electoral de Bildu.
En esa dinámica de avance de ETA, se avecina otro espaldarazo de gran relevancia. Según adelanta hoy LA RAZÓN, el Tribunal Constitucional legalizará Sortu antes de las elecciones generales. El Alto Tribunal aplicará su propia jurisprudencia y cimentará su decisión en su fallo de mayo pasado sobre Bildu. De nuevo, se repetirá la afrenta jurídica y la mayoría progresista atropellará los cauces normativos para erigirse en tribunal de última instancia y casar una decisión del Tribunal Supremo, en contra de la doctrina y del marco competencial fijado en la propia Carta Magna. Lo harán además con la oposición de la Fiscalía y la Abogacía del Estado, que se opondrán esta semana al recurso de amparo presentado por la formación proetarra contra su ilegalización. Otro paso atrás en la seguridad y libertad de todos, y uno adelante en una escenografía sospechosa y peligrosa que cuesta creer sea fruto de la casualidad o de una concatenación imprevista de hechos. Hechos como los movimientos penitenciarios de los terroristas, traslados y excarcelaciones confusas que finalizan con beneficios difíciles de comprender sin que se haya pedido perdón ni haya mediado arrepentimiento. Hechos como el fallo de la Audiencia Nacional, que hoy adelanta nuestro periódico, que no sancionará la exhibición de fotos de los terroristas durante las fiestas de Bilbao de 2007. Hechos como que se sucedan las votaciones de condena a ETA en los ayuntamientos vascos sin el apoyo de Bildu y no ocurra nada.
Con Bildu y Sortu en la legalidad y todo el poder institucional que posee, ETA puede entender hoy que sus centenares de asesinatos han servido para algo y esa realidad es una dolorosa y lamentable conclusión para el Estado de Derecho. El futuro Gobierno del Partido Popular tendrá como misión prioritaria empujar a ETA hasta la derrota y recuperar una política que detenga la involución terrorista que asfixia la convivencia en el País Vasco.