El gran reflejo del mundo

Nadie puede distinguir una tienda de Zara de Madrid de una de Dubai o de la de México D. F. El comercio, las multinacionales, son parte de un paisaje mundial, de la ciudad como decorado de millones de vidas con orígenes culturales o religiosos distintos. Pero hay algo en los escaparates que nos devuelve el reflejo, coloca nuestras cabezas en los cuellos de los jerséis que miramos, deshace nuestra identidad. Sobre esta idea, bajo la forma de una intervención artística urbana, Roger Grasas (Barcelona, 1970), propone una reflexión artística con la que cualquiera se puede cruzar este jueves en Madrid.

Fotógrafo profesional, a Grasas se le ocurrió el Proyecto Shopping para reflexionar en torno al viaje y a la sociedad contemporánea. Ha fotografiado miles de escaparates en ciudades de los cinco continentes, retratando algunos comercios que son singulares. "A partir de aquí, se juega a general contrastes. Iré por la ciudad pegando fotografías de las que he hecho en otras ciudades a escaparates, o dejándolas apoyadas en los cristales, o quizás las coloco dentro del escaparate, si llego.

Luego la improvisación será la que mande: si veo una tienda de abrigos, a lo mejor pego una fotografía de una carnicería, aunque intentaré que haya más ironía que dramatismo en los juegos", cuenta. Cualquiera puede coger la fotografía. Aunque sabe que muchos transeúntes pasarán sin advertir las imágenes, todo el que las vea se las puede llevar. "Lo importante es la reacción, que se capte la ironía", explica. Él estará grabando en vídeo las reacciones de la gente ante sus juegos, y la intervención se completa en la Red, donde se irán colgando las fotografías, las reacciones, o los comentarios de los que se tropiecen con las imágenes.

Porque el proyecto es global, como la idea de la que surge. Arrancó el 18 de marzo en Byblos, la capital de los fenicios y por lo tanto del comercio, y ha ido pasando por México, La Habana, París, y, el jueves, pasa por Madrid antes de seguir rumbo a Johannesburgo, Londres, Dubai, Bombay, Catar, El Cairo, Estambul, Nueva York y Barcelona. Una cada viernes hasta junio. Pero para que todo no quede al azar, al arte de encuentro, este artista permite seguir sus pasos a través de su web (theshoppingworldtour.com) y de una aplicación para los mapas de Google, que revelará su posición cada momento.

En ningún caso tendrá relación con el comerciante, todo queda al libre albedrío. "Quiero generar el matiz de lo extraño, la idea del postcapitalismo que nos uniforma", dice el creador. "Porque antes era la iglesia, o la plaza del pueblo, pero ahora nos reunimos y quedamos unificados en los centros comerciales o en las calles emblemáticas llenas de las mismas franquicias de tiendas en todas las ciudades. Esta es la reflexión. Llevar escaparates distintos pero iguales a la Quinta Avenida, Calcuta o Manila", explica este licenciado en Filosofía.

Así que puede que una de las tiendas de la zona de esas calles uniformes encuentren una fotografía. Una de las más de mil de setenta países que Grasas ha pisado. Deténganse y jueguen. Pregúntense cuál de los dos escaparates les gusta más. El proyecto no se verá nunca en una galería o un una feria de arte. "Es callejero, es urbano, y es como tiene que seguir siendo". Las imágenes, de 10 x 15 centímetros, están firmadas y seriadas, pero no valen nada. En la última parada, en Barcelona, una jugada final: un gran collage de 1.000 ó 2.000 fotos que harán un gran falso escaparate. ¿O no es falso?