La eterna sonrisa de Carlinhos

Una filosofía de vida, un pensamiento y una existencia pasional. Así se podría definir a Carlinhos Brown, un hombre que desprende una alegría y positividad contagiosa que no concuerda con los mensajes depresivos a los que estamos acostumbrados. «La vida es alegría», así comenzaba nuestra conversación con motivo de su nuevo disco «Mixturada brasileira» que se presenta en España y que viene cargado de los ingredientes que lo convirtieron en el artista internacional que hoy conocemos. Fue también el invitado de honor al bicentenario de la Pepa, que se celebró este mes en Cádiz como «El Carnaval gaditano-bahiano» y que se encargó de dirigir e interpretar como el mismo dice de «una forma acorde a lo que aquellos hombres nos aportaron».

En el ADN brasileño
La receta de su exitosa carrera es la exigencia personal, como el mismo confiesa: «Sigo un duro entrenamiento, similar al de un atleta. Esto me ayuda a ejercer la percusión como forma de comunicación. Nací para ello y mi meta es ofrecer buenas noticias, es lo que me levanta cada mañana. Tengo una adicción a la sonrisa y a las cosas buenas» afirma el cantante sobre su forma de vivir aquellas cartas que le han tocado jugar.

Una vitalidad semejante a la de casi todos los cariocas conocidos: «Los brasileños siempre hemos sufrido crisis desde que nos constituimos como país. Si nos centramos en ellas olvidaremos otros valores y bellezas. No considero la crisis como un problema mío, yo no la creé, no puede hacerse con mi alma y pensamiento, eso sería el fin», declara el cantante sobre las circunstancias globales actuales. En el caso de Brasil, una de las economías emergentes del mundo, el percusionista define su evolución como incompleta: «Nos estamos enfocando en un punto de vista económico, y en una comunidad lo más importante es el desarrollo humano. Ahora sólo hablamos de dinero. Como brasileño me siento como una caja bancaria. Cuando esto explote, ya veremos... Por ello debemos comprometernos a mejorar los valores humanos, la educación y la igualdad de su gente».

En cuanto a las líneas del disco, «éste se centra en la la electrónica y percusión», dos estilos de sobra consolidados que poseen una gran tradición histórica que sirve como base de nuevas formas musicales que vemos en la actualidad. «He querido ofrecer un homenaje a ambas corrientes de expresión» que emerge como una representación de lo que él considera como arte: «La música es un reflejo de la diversidad cultural y de la naturaleza, de sus colores y elementos que forman la inspiración. Ninguna crisis podrá destruir esta libertad. Ningún pirata nos la arrebatará. Todo ello está en este disco».

Cuando se le nombra es inevitable recordar su estilo, su original puesta en escena, que lejos de escenarios y plataformas, se traslada al corazón de las ciudades sobre cuatro ruedas. «La idea del camión representa el ansia que tiene la gente cuando sale a la calle. Busca la novedad, la actualidad, la vida que allí se produce. Nos juntamos de una forma multitudinaria y se produce algo bueno, se genera paz. Es el ‘‘escenario caminante'', una manifestación pacífica y de alegría en el que la política no tiene cabida. Es un fenómeno que entra con fuerza en la ciudad y sale de una forma mágica».

UN EJEMPLO
Durante la entrevista, una mujer se acercó al lugar pidiendo ayuda al artista debido a la difícil situación económica por la que atraviesa. El cantante le ofreció su cariño y escuchó atentamente a la inesperada protagonista para más tarde ofrecerle algo de comer. Le define la palabra humanidad.