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Y después de Mourinho qué

La Razón
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Entregado a Mourinho con «armas y bagajes», el Real Madrid ha hipotecado cuatro años al cacumen de este portugués que hace de su capa un sayo respaldado por sus conocimientos y su palmarés... Pero le echó Abramovich. Nadie es eterno, salvo Ferguson. Avram Grant, el sucesor con la temporada empezada, metió al Chelsea en la final de la Liga de Campeones –lo que no pudo ser con «Mou»–, que terminó perdiendo con el Manchester United. Al Oporto le hizo supercampeón y con el Inter reventó la banca. Sacó el máximo rendimiento a una plantilla que dejó seca, según confesión de Benítez, su infortunado heredero, y que sólo defendió el cetro continental hasta encontrarse con Raúl. Así surge la pregunta: ¿qué será del Madrid cuando Mourinho regrese a Inglaterra? La tierra quemada produce efectos devastadores. Veta a los redactores para hablar con los directores y la Liga que le ha ganado Guardiola pierde plano. Dicta normas y ¡ay! de quien no las siga, ¿verdad Valdano? Apunta al Barça desde que entrenaba al Chelsea. Le fulminó con el Inter y la primera confrontación en el banquillo del Madrid supuso uno de los mayores baldones de su carrera. Antes del primero de los cuatro partidos del siglo calló. Le justificó Karanka: «No quiere calentar el partido». ¿Sufre incontinencia verbal? ¿Es incapaz de pensar lo que dice? Estas incógnitas, más la Copa y las semis de «Champions», son excesivas para el Madrid, necesitado de un proyecto perdurable que «Mou» le podría procurar, si fuera eterno.