Congreso Extraordinario del PSOE
Fouche o Talleyrand
Entre todos hemos creado un mito. Los periodistas somos los principales responsables. Es cierto que con la ineficacia imperante, salvo excepciones, en los anteriores gobiernos de Zapatero sobresalía la eficacia del actual hombre fuerte. Rubalcaba, omnipresente desde los años del felipismo, ha sido el perejil de todas las salsas. En un determinado momento abandonó la cátedra para escalar hasta lo más alto sin prisas pero sin pausas. Fue el portavoz de un González crepuscular y cumple el mismo papel con Zapatero. Con el primero era un ministro importante y ahora es imprescindible para el segundo. La duda es si el mito Rubalcaba se corresponde con la realidad. Le han llamado Fouche y Maquiavelo, aunque me decantaría por el hábil príncipe de Talleyrand que fue capaz de sobrevivir a Napoleón. Fouche era más zafio y su cuna plebeya le hizo cometer errores en los que no cayó el aristócrata obispo perjuro e intrigante estadista. Rubalcaba es listo y eficaz, pero no es el mito que entre todos hemos creado.
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