Comunidad de Madrid
Rubalcaba la baza oculta de Lissavetzky
La Ejecutiva federal de los socialistas espera ahora que la federación madrileña sea capaz, por sí sola, de arreglar las discrepancias surgidas entre su candidato a la Comunidad de Madrid, Tomás Gómez, y el que será cabeza de cartel en el Ayuntamiento de la capital, Jaime Lissavetzky, a cuenta de la composición de la lista para Madrid. Ayer el líder del PSM no contemplaba «desde ningún punto de vista» la posibilidad de que la dirección nacional tome cartas en el asunto madrileño y «desautorice» la lista que ha elaborado para Lissavetzky. Sin embargo, en el aparato federal las cosas no están tan claras. El Secretario de Estado para el Deporte fue una apuesta personal de Zapatero para la capital y su candidatura dispone de apoyos de mucho peso dentro del Gobierno de España. Reconocida públicamente es, por ejemplo, la relación de amistad que une a Jaime Lissavetzky con el vicepresidente primero y ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, con el que fue hasta compañero de pupitre en el colegio y después compartió asignatura en la carrera de Químicas como profesores aunque en distintas universidades madrileñas.
Justo en un momento en que en las quinielas nacionales suena con fuerza el nombre del titular de Interior como uno de los posibles sucesores del presidente del Gobierno, extraña que la cúpula del partido no vaya a echar una mano a Lissavetzky. «No es habitual que la dirección nacional se entrometa en cuestiones tan particulares pero este caso es distinto», reconocían ayer fuentes del partido consultadas por LA RAZÓN. Todavía deben hablar las agrupaciones y la Ejecutiva regional. Después será el turno, o no, de los apoyos de Lisssavetzky en Ferraz.
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