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Las suegras son para ellas
Un 76,9% de las féminas se lleva bien con su familia política. Un 37,4% de varones es reacio a pasar el domingo con sus suegrosFicha técnicaEmpresa: NC Report.Universo: Españoles de 18 años y más.Tamaño de la muestra: 377. entrevistas realizadas en 41 municipios de 17 comunidades autónomas.
El humor de trazo grueso siempre ha perfilado a las suegras como una suerte de «aliens» consagrados a devorar las relaciones de sus vástagos con diversas tácticas de agotamiento que asfixian la convivencia de las parejas, que no logran oxigenarse ni haciéndose el boca a boca todas las noches de guardar. La ficción se ha nutrido de este prototipo de suegras, que ha conocido la versión corregida y aumentada en Stella Reynolds, que interpretaba Antonia San Juan en «Aquí no hay quien viva». En la realidad, parece que escasean las Stella Reynolds y abundan las suegras y suegros de perfil bajo con los que comer los domingos y compartir algunos días de asueto sin que el intento se convierta en un cataclismo. Al menos eso indica la encuesta de NC Report para LA RAZÓN, bien sea porque las personas sondeadas optan por la mentira piadosa o simplemente porque el día a día es menos melodramático de lo que parece.
Un significativo 64,7 por ciento afirma que su relación con la familia política es muy buena o buena, frente a un insignificante 6,1 por ciento que dice que mala, tirando a peor. Eso sí, las féminas están más satisfechas con las relaciones con sus suegros, ya que un 76,9 de ellas certifican la inmejorable convivencia, algo que sólo avalan un 52,7 por ciento de los hombres, por lo que, si las matemáticas como el algodón, no engañan, un 47,3 de los varones encuestados mira a sus suegros de reojo aunque sólo sea «por si acaso».
Con todo, las parejas no las tienen todas consigo. A pesar de que casi un 50 por ciento mantiene que la familia política no es una causa directa que desencadene un divorcio, un nada desdeñable 38,5 por ciento cree que sí, que los suegros pueden tener la última palabra en una separación.
Los varones son una vez más los que prefieren poner distancias con los suegros. Mientras un 13 por ciento defiende que las mujeres son más reticentes a compartir la comida de los domingos al calor de la paella de la madre de su novio o esposo, un 28,9 por ciento cree que son los varones los que intentan evitar ese trance. Lo que no se puede negar es que, en este asunto, la mayoría somos unos aprensivos y creemos, pensamos, que los suegros con un peligro en potencia, una bomba de relojería que sólo espera a ser activada. Sin embargo, a la hora de la verdad, un 69% afirma que su familia política no se inmiscuye en la pareja. Eso sí, un nada desdeñable 32,6 por ciento, un 41,2 por ciento de los varones, cree que sí, que las suegras se han ganado su mala fama a pulso, a costa, valga la rebundancia, de echar constantes pulsos.
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