Oslo

Los sindicatos dicen a Zapatero que el pacto es cuestión de días

Los secretarios generales de UGT y CC OO no ocultaron ayer su malestar por la urgencia con la que el presidente del Gobierno les convocó este jueves a las nueve de la noche a La Moncloa, con el argumento de impulsar la reforma de la negociación colectiva, que debería estar lista desde finales de abril.

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Incluso Cándido Méndez avisó de que las centrales no consideran «imprescindible» el encuentro. Mientras, el Gobierno lo creía «inaplazable». De ahí que José Luis Rodríguez Zapatero cancelara su asistencia a la cumbre de líderes progresistas, que se celebró ayer y hoy en Oslo. Con este cambio de agenda, logró eludir posar junto con el primer ministro griego, con quien iba a compartir una mesa redonda.

El malestar de los dirigentes sindicales por la cita en La Moncloa, a la que asistió también el presidente de CEOE, fue creciendo a lo largo de la jornada de ayer. Como botón de muestra, en principio, Zapatero tenía previsto ofrecerles una cena, que, al final, se convirtió en un «picoteo», ante la negativa sindical a compartir mesa y mantel. Y es que Méndez y Toxo habían trasladado hace días al Ejecutivo, «a través de los cauces reglamentarios», que el acuerdo sobre negociación colectiva es cuestión de semanas. «Por eso no entendemos a qué vienen estas prisas», aseguran fuentes sindicales. Es más, el Ejecutivo es consciente de que los agentes sociales han pactado escenificar este acuerdo tras las elecciones.

El pacto limita los plazos de negociación para la renovación de los convenios, aborda el absentismo laboral y da más funciones a las mutuas. Aunque, en principio, el texto no incluye referencia sobre cómo se referencian las subidas salariales, Méndez y Toxo no cierran la puerta a hablar de política salarial «sin restricciones». El acuerdo permitirá a las empresas abrir un convenio propio, aunque haya otro de rango superior en vigor, ya sea sectorial o provincial, previo consenso entre empresarios y trabajadores. Además, las mutuas tendrán más control sobre las enfermedades comunes, no sólo sobre las profesionales, como hasta ahora, y podrán ofrecer sus medios para trabajar junto al sistema público de salud en cuestiones como rehabilitación y tratamiento.