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S&P da seis meses de plazo a la empresa para que venda el 10%

La Razón
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MADRID- La compra de la mitad de la participación de Sacyr en el capital de Repsol (el 10%) por parte de la petrolera que preside Antonio Brufau logró ayer el respaldo de las agencias de calificación Standard & Poors (S&P) y Moody's, las dos más grandes del sector, que mantuvieron sin cambios la nota de solvencia de la deuda a largo plazo de la compañía española.

Más optimista se mostró S&P, que decidió dejar la calificación y la perspectiva crediticia de Repsol en BBB –la nota más alta dentro de la segunda categoría de la agencia, que expresa una elevada capacidad de la compañía para asumir los compromisos de pago aunque expuesta a las condiciones económicas– tras la operación de recompra de acciones a Sacyr.

La agencia da un plazo de seis meses a la petrolera para que coloque entre inversores institucionales el 10% del capital adquirido a la constructora y advierte de que, si no consigue cerrar la venta de esta participación, podría revisar la perspectiva de la compañía desde «estable» hasta «negativa» para una posible rebaja de la actual calificación.

Moody's también mantuvo, por su parte, la calificación crediticia de Repsol en Baa1 –que expresa un riesgo crediticio bajo, aunque con algunos elementos especulativos–, pero se mostró algo más pesimista que S&P y rebajó la perspectiva de la compañía desde «estable» a «negativa» como consecuencia de la decisión de la petrolera de comprar la mitad de la participación que Sacyr tenía en su capital.

La agencia considera que, aunque el grupo tiene actualmente una liquidez disponible de 9.400 millones de euros, esta operación reducirá no obstante su flexibilidad financiera en términos generales, informa Ep.

Moody's entiende la intención de los directivos de la empresa de colocar el 10% que tenía Sacyr a inversores estratégicos o institucionales de forma ordenada en un plazo de tiempo relativamente corto, pero cree que el éxito de esta operación es «incierto» en la coyuntura económica actual.