España

Los otros

La Razón
La RazónLa Razón

Perdonen que venga a fastidiarles el domingo hablando de tontunas, pero el riego de las cabezas no es democrático y a todos no nos funciona igual. Ya saben Vds. que esta semana hemos conmemorado el día internacional contra la violencia doméstica, un asunto que puede que a muchos les aburra y a partir de este momento, mojen su dedo y pasen de página o busquen otra cosa con el ratón. Puede que otros no lo desdeñen pero simplemente piensen que con ellos no va la película y además tengan la suerte de no conocer ningún caso cercano, de tal forma que su sensación es que eso no pasa en su entorno, ni en la gente de su posición, ni siquiera entre sus compatriotas y que incumbe a españoles de otras generaciones y de otros estratos sociales, a mujeres sin trabajo y sin posibilidades de escapar. Los datos oficiales, los que maneja el Observatorio contra la Violencia de Género, es que en estos momentos cuatrocientas mil mujeres (y algún hombre) pueden estar sufriendo ese calvario en España. El dato es espeluznante pero es que, además, sabemos que no es el real, porque muchos casos seguirán ocultos. Y Vds. se preguntarán cómo es posible que estén ocultos, cómo es posible que no se venza el miedo, cómo es posible que las víctimas no pidan ayuda. Muy sencillo y a la vez complicadísimo: esas mujeres están anuladas. Son, incluso libres de su maltratador, tremendamente vulnerables. Por eso, no todo acaba cuando se alejan de su verdugo. Están a merced de cualquier persona que quiera dominarlas. Ellas y sus hijos, que, sin ayuda, somatizarán la violencia como parte de sus vidas. Están cerca. Abran los ojos.