Valencia
El plumero de Zapatero
Los ayuntamientos con arcas medianamente saneadas pueden pedir créditos en 2011, año electoral municipal. El gobierno de Zapatero ha caído en la cuenta de que hay muchos municipios gobernados por su partido que necesitan oxígeno para respirar en época de elecciones, para mantener el poder que las encuestas empiezan a cuestionarles, y para eso necesitan recursos con los que acabar las obras iniciadas y con los que garantizar otras para los programas electorales. Hay Ayuntamientos, como los de Madrid o Valencia, gobernados por el PP, donde su delicada situación económica les va a dejar al margen de la posibilidad de endeudarse más. No podrán pedir créditos el año que viene. Todos los ayuntamientos, desde el más grande al más humilde, han vivido unos años de vino y rosas. El ladrillo y el cemento engordaron sus arcas hasta reventar, y eso les permitió gastar sin tino, vivir por encima de sus posibilidades. El «boom» de la construcción produjo un fenómeno socio-laboral en este país: la mitad de la juventud española quería ser futbolista de élite o actriz de serie televisiva, y la otra mitad, concejal de Urbanismo. Pero llegaron las vacas flacas y las ubres municipales se quedaron más tiesas que la mojama. Y aparecieron las telarañas y las lágrimas; algunos alcaldes y concejales han pasado de aferrarse al sillón municipal, a querer escaparse de él como sea. Muchos no tienen otro poder al que agarrarse, y vinculan su futuro político y profesional a la vida municipal, pero necesitan recursos para pagar lo que deben y hacer promesas que cuestan dinero. Al consistorio madrileño el Gobierno le castiga por su endeudamiento, pero no se acuerda que desde hace muchos años le debe la financiación derivada de la Ley de Capitalidad. A Zapatero se le ve el plumero.
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