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Italia se siente humillada

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ROMA-Saltan chispas en la relación entre Italia y Reino Unido después de que el fallido intento de liberación en Nigeria de dos rehenes, el italiano Franco Lamolinara y el británico Chris McManus, acabase el pasado jueves con el asesinato de ambos por parte de sus captores. Roma, que al parecer sólo fue avisada por Londres de la operación cuando ésta estaba ya comenzada, ha elevado una queja formal al Gobierno de David Cameron por haber actuado de forma unilateral. El hecho de que haya sido el presidente de la República, Giorgio Napolitano, máxima autoridad del Estado, y no el primer ministro, Mario Monti, quien critique la acción da una idea de cómo ha sentado en Italia la fallida operación de las fuerzas especiales británicas y nigerianas. «Es inexplicable el comportamiento del Gobierno inglés, que no ha informado ni consultado a Italia respecto a una acción de fuerza», dijo ayer Napolitano, para quien es necesaria una «aclaración» política y diplomática. De inmediato le contestó el Ejecutivo británico. «Lo que ha sucedido se explica perfectamente. Italia no había puesto ninguna objeción a una posible operación», comentó el portavoz del jefe de Gobierno, David Cameron.

El ministro de Exteriores de Reino Unido, William Hague, habló de lo sucedido con su homólogo italiano, Giulio Terzi, durante una reunión europea en la ciudad de Copenhague.

Hague explicó a la Prensa que ambos países llevan trabajando desde el pasado mes de mayo para liberar a los rehenes. Precisó que Italia sólo fue avisada cuando la operación de rescate ya había comenzado debido a los «tiempos limitados». «Creo que todo el mundo entenderá las limitaciones que impone una situación de este tipo y la rapidez con la que se suceden los acontecimientos», dijo el titular de Exteriores.
Terzi aseguró que había trasladado «con firmeza» a su homólogo británico «el desconcierto de todo un país por lo sucedido» y que le había pedido «información detallada». «Tenemos derecho a la máxima claridad en todas las particularidades de este episodio», subrayó Terzi, quien está sufriendo duras críticas en su país por lo sucedido. Hay incluso quien ha pedido su dimisión.

Pese a la lógica desesperación que ha causado en Italia la muerte de Lamolinara y la política de hechos consumados de Reino Unido, cabe preguntarse cuál sería ahora la reacción de Terzi y de Napolitano si la operación hubiese salido bien y los dos rehenes hubiesen sido liberados con vida. Fueron, además, militares británicos y nigerianos, no italianos, los que se jugaron la vida en la acción. Incluso el enfado porque la notificación llegase tarde es en parte difícil de mantener: ¿hubiera Italia abortado la operación si hubiese sabido de ella con anterioridad?

 

Nostalgia de la gloria imperial
La Prensa italiana atacó con dureza al Reino Unido. Sirva de ejemplo este comentario de ayer en el «Corriere della Sera»: «Reino Unido sigue actuando con la nostalgia de la gloria imperial».