Ahora qué dicen

Y ahora ¿quién y cómo compensan del daño causado al presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps?. Lo escribí hace meses. Había quienes se apresuraron a ponerle en la picota penitenciaria. Para ello no se respetó la presunción de inocencia, se vulneró el secreto sumarial sin que se abrieran las correspondientes investigaciones. Por supuesto, no hay responsables, mucho menos culpables. Los informes policiales parecieron siempre sentencias condenatorias. Y ésos son los que se trasladaban intencionadamente a algunos medios de comunicación. Nada les detuvo. Ahora, el primer documento encargado por el juez instructor, José Flors, comienza a dejar las cosas en su sitio y da la impresión de que Orange Market no pagó trajes al presidente valenciano y que las facturas podrían ser falsas, no en vano el sastre José Tomás está acusado de elaborarlas por el dueño de las tiendas. De alguna forma, se trata del primer trabajo ajeno a los aledaños de Rubalcaba, que para muchos es fuente de suspicacias si no de sospechas. Y con la novedad de que es la primera vez que se utiliza la información fiscal existente en los archivos de la Agencia tributaria relativa a todas las empresas implicadas y también la contabilidad y la información existente sobre Orange Market en la causa de Madrid. El proceso parece haber derivado por derroteros optimistas para Francisco Camps. Pero los casi dos años de calvario no se los quita nadie. De igual modo, nadie puede sustraerse ahora al hecho de que los peritos, en su redacción, realizan decenas de referencias acerca de los errores y falta de veracidad de los documentos. Un lío del que no caben imputaciones a Camps. Así es la vida.