Crisis económica
Rubalcaba penalizará a las empresas con contratos temporales
El candidato del PSOE remite a todas las federaciones el esqueleto de su programa político, un documento lleno de guiños al 11-M
La desregulación, los mercados, la reducción al máximo de la intervención pública, los valores supremos neoliberales, la acumulación de poder del sector financiero… Ahí están, a tenor del esqueleto del programa electoral de Rubalcaba, los orígenes de la crisis económica, un documento en el que el candidato del PSOE hace de algunas de las reivindicaciones del 15-M el grueso de su proyecto político y en el que trata de combatir la idea de que las sociedades desarrolladas optan por la socialdemocracia en los momentos de optimismo y expansión como mejor apuesta por el reparto y la redistribución, mientras que se refugian en el conservadurismo en los momentos de crisis, porque lo consideran más efectivo para el crecimiento, y más seguro en tiempos de incertidumbre y de temor.
El texto, que tiene un fuerte componente ideológico y de reivindicación de la socialdemocracia, ha sido remitido a todas las federaciones socialistas para que presenten sus enmiendas antes del día 20 para que puedan ser debatidas en la conferencia política que el PSOE celebrará entre el 30 de septiembre y el 2 de octubre. Hasta entonces, hablamos de un documento abierto al debate, pero que deja bastante claro cuál es el camino por el que Rubalcaba se propone transitar si, en contra de todo pronóstico, ganara las elecciones del 20-N. No en vano el documento combate las tesis de quienes sostienen que los derechos sociales son un lastre para el desarrollo económico, al tiempo que propone una pelea decidida en la «lucha por las ideas». Y es que colige que los socialistas «durante demasiado tiempo, en demasiados sitios (…) no hemos sido capaces de explicar la distancia entre nuestros postulados y la asunción de políticas de las que no podíamos prescindir». Lo explica de otros modo: «Sobre demasiadas cuestiones nos hemos evadido por el temor a la confrontación o por una mal entendida prudencia pragmática que ha debilitado nuestra sustancia ideológica». Así es como concluye que hay una necesidad imperiosa del retorno de la política al primer plano social. Hasta aquí buena parte de la doctrina.
¿Propuestas? No faltan. Muchas de ellas condimentadas, como hemos dicho, del discurso de confrontación entre la política y los mercados que entona el movimiento 15-M: reforma electoral, dación en pago, mayor transparencia en la política, penalización de los contratos temporales con la creación de un «bonus-malo» para las cotizaciones a la Seguridad Social, subidas salariales de los trabajadores en paralelo a las de los directivos... Estas son algunas:
- Eurobonos. Defiende un gobierno económico europeo, con una verdadera supranacionalización de la política fiscal, un presupuesto comunitario más fuerte, la consolidación del mecanismo europeo de rescate ante crisis financieras y la creación del sistema de eurobonos.
- Impuesto a la banca. El sistema fiscal debe ordenarse conforme al principio de suficiencia en el medio plazo de acuerdo a los principios de progresividad, equidad y eficiencia del sistema. Así, anuncia un nuevo impuesto sobre las grandes fortunas y otro para las entidades financieras.
- Agencias de calificación. Establecer una tasa sobre las transacciones financieras que permita frenar la especulación en el sistema financiero y estabilizar a los mercados. Y para hacer frente al papel desestabilizador de las agencias de rating, plantea evaluaciones alternativas del riesgo soberano.
- Dación en pago. Control del sobreendeudamiento de las economías domésticas y revisión de la normativa sobre concesión de créditos. Revisión del régimen hipotecario con el fin de equilibrar la posición de las partes: garantizando la independencia de las tasadoras, estudiando la dación en pago como forma de liquidación de la deuda y tipos máximos para los intereses de demora.
- Salarios. Un gran pacto global de rentas, con participación del sector público y el privado, que vincule salarios a productividad y con compromisos efectivos de reinvertir beneficios, así como un tratamiento paralelo entre los incrementos salariales pactados para los trabajadores y los incrementos de las retribuciones de gestores y directivos.
- Mercado laboral. Redefinición de los contratos temporales, aproximación de los costes de los contratos indefinidos y los contratos temporales, incluida la incorporación creciente de cláusulas bonus-malus respecto de la cotización a la seguridad social y, en concreto, en la cotización por desempleo: redistribuyendo esa cotización para que «paguen más quienes hagan mayor uso de los contratos temporales».
- Ley de Transparencia. Publicación de toda decisión en materia de personal, salarios, contratación, subvención, urbanismo o gestión patrimonial. Refuerzo en las incompatibilidades entre cargos representativos y con actividades privadas.
- Reforma Electoral. Refuerzo de la vinculación entre cada representante y sus electores y las capacidades de control de estos últimos y reforma general de los instrumentos de participación no electoral, a partir de un amplio proceso en el que pueda desarrollarse plenamente el derecho a participar en los asuntos públicos a que se refiere el artículo 23 de la Constitución.
20,8% de paro y contra los empresarios
Alfredo Pérez Rubalcaba ha estado más de cinco años en el Gobierno, primero como ministro del Interior y luego como vicepresidente, pero es ahora cuando ofrece soluciones contra el paro (que a estas alturas ya está en el 20,8% y contra el que las reformas no han servido) y para resolver los problemas económicos. En esa batería de ideas que ahora lanza, pretende gravar a las empresas que más contratos temporales tengan pese a la elevada tasa de desempleo de nuestro país. El PP insiste en la necesidad de rebajas fiscales para empresas de modo que se reactive el mercado laboral.
✕
Accede a tu cuenta para comentar