Atenas
La desconfianza castiga a la deuda
A pesar de pagar más por las obligaciones, la prima de riesgo se relajó desde los 223 hasta los 216 puntos básicos.
La jornada se presentaba como una prueba de fuego. Después de varios días de acoso a los países periféricos por la cada día más probable reestructuración de la deuda griega, España se lanzaba a los mercados para colocar deuda a largo plazo. En concreto, obligaciones a diez y trece años. Y visto el resultado de la subasta y el posterior comportamiento de la prima de riesgo y la bolsa, se podría concluir que la economía española logró salvar los muebles, aunque su situación siga siendo preocupante.
La colocación se vio afectada por las tensiones de los últimos días. Como ya hiciera el lunes, al Tesoro no le quedó más remedio que, con los 4.600 millones de euros en bonos a 12 y 18 meses, volver a subir los tipos de interés hasta niveles que no se veían desde el mes de enero.
Más interés
El organismo adjudicó 2.652,42 millones de euros en obligaciones con vencimiento a diez años y 885,26 millones a trece años, subió el interés marginal de las primeras hasta el 5,483%, el más elevado desde que a principios de año tuviera que ofrecer una rentabilidad del 5,6%, y situó el de las segundas en el 5,695%, con una demanda que dobló la cantidad ofrecida por el Tesoro.
En otras circunstancias, la reacción inmediata de la prima de riesgo –el diferencial entre el bono alemán a diez años y su homólogo español– hubiese sido subir. Pero ayer no lo hizo. Los inversores parecen, de momento, convencidos de que las reformas que ha realizado el Gobierno para reactivar la economía, como los cambios de las pensiones o la reducción del gasto público, son las adecuadas y de que, como aseguró el martes la ministra de Economía, Elena Salgado, lo de estos días son «picos puntuales». Ayer, el indicador más utilizado para tomar la temperatura a la solvencia de un país se relajó y cerró en 216 puntos básicos, frente a los 223 a los que abrió y los 231 que llegó a marcar el lunes, el día más convulso en el reciente recrudecimiento de la crisis de deuda europea. La rentabilidad del bono español a diez años aflojó desde el 5,5% con el que abrió, hasta el 5,47%, lo que, sumado a la ligera apreciación de su homólogo alemán, que repuntó desde el 3,303% hasta el 3,305%, recortó la prima.
La bolsa también dio por buena la subasta y cerró la sesión con una subida del 1,53%, la mayor en las últimas dos semanas, lo que situó el Ibex 35 en la cota de los 10.535,4 puntos.
Deuda
En esa pelea a cara de perro que mantiene para desmarcarse de forma nítida de sus colegas periféricos, la economía española parece estar ganando. El 5,47% de rendimiento de la deuda a diez años está ahora más cerca del que ofrecieron ayer países como Italia (4,755%) o Bélgica (4,325%) que del que tenían que pagar Portugal (9,014%), Irlanda (9,693%) o Grecia (14,392%).
El país heleno sigue con su desesperado intento de convencer a los mercados de que no necesita reestructurar su deuda. Ayer le tocó el turno a su ministro de Finanzas, Yorgos Papaconstantínu, que declaró que «la deuda pública de Grecia es sostenible» y reiteró el desmentido oficial su posible reestructuración. El Ejecutivo heleno «no participa en el debate público que se lleva a cabo en los medios griegos e internacionales sobre la posibilidad de que Grecia reestructure su deuda», reiteró el ministro a la prensa ayer en Atenas, informa Efe.
Papaconstantínu estimó posible para Grecia pagar sus obligaciones, aunque condicionó «la sostenibilidad» de la deuda, entre otros, con el cumplimiento y el éxito de las medidas de austeridad que se vienen implantando desde mayo de 2010 y reconoció indispensable la aplicación de un nuevo paquete de medidas adicionales para ahorrar 26.000 millones de euros hasta 2015, y un programa de privatizaciones de bienes estatales, por un total 50.000 millones de euros también hasta el año 2015.
La tregua que concedieron los mercados a España no fue, sin embargo, suficiente para tranquilizar al PP. Su coordinador económico, Cristóbal Montoro, aseguró que el país continúa en «zona de riesgo» y de «vulnerabilidad extrema» porque la prima de riesgo sigue por encima de los 200 puntos básicos y se «financia peor».
Montoro advirtió de que es «grave y serio» que la prima de riesgo esté en esos niveles porque «perjudica» a la financiación de bancos y cajas y «reduce el crédito» a familias y empresas. «Mientras no haya esa suficiencia de crédito no habrá salida de la crisis», remarcó el dirigente del PP.
El martes, día en el que el Tesoro tratará de colocar deuda a tres y seis meses, será un buen momento para evaluar si los mercados se han limitado a dar una tregua a la economía española o si, por el contrario, la situación es tan buena como defienden los mercados.
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