Actualidad
OPINIÓN: Encuestas internas
Las encuestas internas son a la política lo que el monstruo del lago Ness a Escocia. Nadie las ha visto pero todo el mundo habla de ellas y están siempre a mano para pegarle un sustito a los incautos. A falta de brillo, todo lo contrario, en los sondeos públicos, el PSOE se aferra con una fe digna de mejor causa a esta rama arcana de la demoscopia. Lo hace de manera recurrente desde mayo pasado, cuando Espadas se atribuía el triunfo sobre Zoido. En noviembre, los socialistas juraban manejar muestreos que dividían entre tres la diferencia que le sacaba Rajoy a Rubalcaba. O mienten como bellacos, o deberían irse pensando el despido de esos encuestadores tan ineptos. Será más bien lo primero, porque a estas encuestas internas se alude sin mencionar la ficha técnica, igual que los habitantes de las Highlands aún no se ponen de acuerdo es describir a Nessie como criatura humanoide, pisciforme, peluda, escamosa o emplumada. Si en verdad lo hubiesen visto, no titubearían con el retrato-robot. ¿Cuál es universo de la famosa encuesta interna? ¿Cuándo se hizo? ¿Qué se preguntó? ¿Quién la realizó? ¿A quiénes? Lo que viene siendo hacerse trampas en el solitario. La Ley Electoral española, plagada de anacronismos, prohíbe la publicación de sondeos en la semana previa a las elecciones pero nada objeta al voceo de esta información falaz y siempre destinada a intoxicar a los votantes.
Debería al menos obligarse a los partidos al disimulo de la filtración, siquiera fuese por mantener las formas. Al fin y al cabo, cualquier político de cierto fuste encontrará sin dificultad a un periodista deseoso de hacerle el juego pues, visto el panorama en los medios, no hay mejor postulación para un gabinete que el servilismo durante la campaña. Como dice cínicamente un concejal del Ayuntamiento de Sevilla, «es más bonito que desfilen por París los que desembarcaron en Normandía». A condición de que no estén muertos, claro. Pero prefieren contar la trola en primera persona, conscientes de que la mendacidad no se penaliza en este país de pícaros que ni siquiera tiene claro que haya que desalojar del poder a quienes han desfalcado más de mil millones de euros. Acostumbrados al «todo vale», cualquiera les dice ahora que no.
✕
Accede a tu cuenta para comentar