Rumanía

Signos de riqueza

La Razón
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Está claro que hay mucho que hacer en cuanto a la persecución del fraude fiscal. Vivimos en un país en el que se calcula que la economía sumergida puede suponer hasta el 30 por ciento de la actividad económica. Es el paraíso de la picaresca, las facturas con o sin IVA, miles de personas cobrando el PER pero a su vez trabajando, peonadas falsas, empresas inexistentes, sociedades sin domicilio fiscal, apartamentos que se alquilan pero que no pagan a Hacienda, y por supuesto fraudes diversos en el cobro del subsidio de paro: inmigrantes que lo perciben pero viven en Rumania o cursos de desempleo que se cobran sin haberse realizado. Tenemos casi cinco millones de parados y buena parte de ellos trabaja en lo «underground». Hace bien el Gobierno en bucear ese submundo que, de aflorarse, puede reducir a la mitad los actuales problemas del país. Pero el plan no debería quedar sólo en medidas como la que llama a «controlar las actividades profesionales a través de los signos externos de riqueza».
¿Qué son signos de riqueza?. ¿Tener un BMW o un Jaguar?. ¿Ponerse cada día un traje nuevo?. Bien está perseguir «bigotes» y «correas», pero mucho cuidado con asediar sin motivo por el
traje, el coche o la casa que se tiene. Salvo que se pretenda obligar a la gente a viajar en carros de segunda mano con ropa proletaria.