Afganistán
Leña al Vaticano
La demostración más palmaria de que Rubalcaba representa la renovación ideológica del PSOE es que su primera declaración como secretario general ha sido «Leña al Vaticano», en vez de «No a la guerra», que después de lo de Afganistán y Libia se ha quedado inservible. Ha sido de tal profundidad intelectual su debut al frente del partido que tal vez sea el germen del renacer socialdemócrata mundial. «Caña al clero»: Qué capacidad de síntesis para detectar lo que necesita España. A eso le llaman oposición útil. Desde luego, oposición sí es, pero al 87% de los españoles, que se declaran católicos. Rubalcaba debería saber que cada domingo asisten a misa más de 15 millones de ciudadanos, lo que representa, para que se haga una idea a escala, el doble de los votantes que tiene el PSOE. Del nuevo líder socialista se esperaba, tras haber triturado fraternalmente a Carme Chacón sin descomponer la sonrisa, un arranque a la altura de su leyenda, pero ha tenido una salida que ni Pajín la habría mejorado. Mientras tanto, Rajoy ha subido los impuestos, ha bajado el sueldo a los banqueros y ha anunciado la deconstrucción por capítulos del zapaterismo, esa tómbola legislativa que es al sentido común lo que el matasuegras a la música sinfónica. A falta de talento para sortear la crisis económica, los gobernantes socialistas se aplicaron con pasión de prosélitos a la ingeniería social mediante leyes para satisfacer a ciertos grupúsculos. Elevaron el aborto a categoría de derecho, equipararon la unión homosexual al matrimonio e impusieron el adoctrinamiento obligatorio en la escuela. Después de siete años legislando para la secta y de haber perdido todas las elecciones desde 2008 lo que propone Rubalcaba es empezar la reconquista declarándole la guerra a la Santa Sede. A Rajoy se las ponen mejor que a Fernando VII.
✕
Accede a tu cuenta para comentar