Finanzas

Rehabilitarse por Carlos Alsina

La Razón
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Prefiero el Rubalcaba que dice «tengo mi dinero en Bankia y me fío completamente» al que afirma que «nadie entendería que se le diera a la banca el dinero que se niega a la Sanidad». Prefiero el Rubalcaba que explica que no es factible dejar caer la cuarta entidad financiera del país –once millones de clientes– al que desliza interesadamente la especie de que el dinero podría ser «a fondo perdido». Contraponer «dinero para bancos» con «copago farmacéutico y tasas universitarias» es caer, a sabiendas, en la simplificación mitinera. En campaña electoral fue Rajoy quien le reprochó al PSOE que «hubiera dado» dinero a los bancos y Rubalcaba quien replicó que el dinero no «se dio», sino que «se prestó» a un tipo de interés que revirtió en beneficios para el Estado (y con el visto bueno del PP). Los salvavidas a los bancos siempre los han lanzado a pachas ambos partidos.
Prefiero el Rubalcaba que explica, con toda lógica, que austeridad y crecimiento no son antónimos y que conviene reducir la velocidad del ajuste, al que afirma, con desahogo, que los parados del primer trimestre son consecuencia de la reforma laboral de febrero. Si el paro de 2011 no era consecuencia de las reglas laborales sino de la «mayor crisis económica de los últimos ochenta años» –¿no era eso lo que siempre sostuvo el PSOE?– cuesta creer que, en ausencia de la nueva reforma, el paro hubiera detenido de golpe su incremento. Prefiero el Rubalcaba que argumenta al Rubalcaba que enreda; las razones, a los eslóganes. El rigor no es incompatible, sino al revés, con el debate político serio. Cuando los líderes se decidan a recuperar el valor de las ideas empezará la rehabilitación social de la política. Política, no propaganda.