Teatro

Castilla y León

Tierra de santos

La Razón
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El paso de los años hace que monumentos y personajes se conviertan en mitos, en leyendas. Las obras de arte perduran también en el espacio. Contemplar el acueducto de Segovia o el Coliseo de Roma te pone los pelos de punta. En un ejercicio casi filosófico te adentras en un universo temporal, tocando piedras que otros colocaron hace 2.000 años. Con nuestros antepasados sucede parecido, pero a través de los testimonios, del boca a boca y, por supuesto, de los libros de Historia. Al Siglo XVII nos hemos remontado este fin de semana para recuperar la figura de Juan de Palafox y Mendoza. El que fuera obispo del Burgo de Osma se convirtió en protagonista de su Diócesis en 2011. El cardenal Angelo Amato, prefecto de la Casa de los Santos, ofició la ceremonia de Beatificación. A Soria llegó Palafox tras sufrir un verdadero calvario en Méjico. Ayudó en la evangelización del país azteca, pero también protegió a los indígenas, hasta el punto de enemistarse con las autoridades colonizadoras. Fue un hombre tremendamente culto, humilde, quizá influido por el abandono que sufrió en su infancia, por crecer huérfano y ser capaz de desarrollar valores en el peor escenario posible. Esta ha sido la segunda beatificación en poco tiempo. Todavía recordamos cómo en la localidad vallisoletana de Torrelobatón subieron a los altares al entrañable Padre Hoyos. Parece que sí, que Castilla y León es tierra de santos.