Aeronáutica
A qué huele el espacio A metal o a filete «chamuscado»
El hombre se ha hecho todo tipo de preguntas para resolver los misterios del espacio. Pero nunca se ha cuestionado a qué huele ahí arriba. Ahora, una investigación pretende identificar el hedor que los astronautas traen impregnado en sus trajes. Sus protagonistas sólo aciertan a decir que es "distinto a todo lo conocido".
El espacio apesta. O, al menos, su olor no es agradable. Es la conclusión que se extrae de una curiosa investigación puesta en marcha por la NASA que pretende responder a una de las pocas preguntas que no se habían formulado hasta ahora: ¿a qué huele el espacio exterior? Primer problema: los astronautas, obviamente, no pueden husmear ahí fuera, no pueden sacar sus narices para extraer sus conclusiones. La prueba de cargo, por tanto, son sus trajes y el instrumental que sacan fuera de la nave en sus, envidiados por muchos, paseos espaciales. Cuando regresan, el olor exterior se queda impregnado y… ¿cómo describirlo?Cuando se les pregunta, las coincidencias terminan en "a qué no huele", es decir, todos están de acuerdo en que no se parece a nada que esté en el reino terrenal. Pero unos lo describen como "metal caliente". Otros, como el humo que sale de una soldadura. Y los más explícitos apuntan a que les recuerda a un "filete chamuscado".Sea como sea, prácticamente ninguno de ellos afirma que se trate de un olor agradable. Todo el romanticismo que rodea a los parsimoniosos paseos espaciales, al silencio sepulcral del infinito, a las puestas de luna desde el balcón privilegiado, se rompe cuando se trata de examinar la experiencia con el sentido del olfato. No huele a rosas, desde luego, ahí fuera.«Huele como a pólvora»El astronauta Tony Antonelli sólo acierta a decir que "tiene un olor distinto a cualquier otra cosa". Su compañero Thomas Jones afina un poco más y lo describe como "un olor característico de la capa de ozono, un acre olor débil". Y más aún: "huele como a pólvora, como algo sulfuroso".Para tratar de afinar algo en este concierto de notas dispersas, para intentar arrojar algo de luz a tanto palo de ciego, la NASA ha contratado los servicios de un experto, Steve Pearce, para intentar recrear en la tierra los olores de la galaxia. Siempre que eso sea posible, claro está.Los problemas de salir al espacio con vodkaLa agencia espacial norteamericana recurrió a él después de que hubiera recreado para una exposición de arte los "olores imposibles"de la estación MIR. El esfuerzo fue titánico y las conclusiones muy difíciles de responder, y no por una pura cuestión científica, sino por un enemigo tan terrenal como el vodka con el que los cosmonautas rusos acompañan sus misiones espaciales."Imagínese esa mezcla de olores de pies sudorosos y vodka, el mal olor corporal rancio cuando los astronautas regresan a la nave", rememora Pearce, que trabaja en el proyecto en su tiempo libre y que ha contado sus experiencias al canal Discovery Channel.Pero no todos tienen una opinión tan negativa. Algunos se salen del pesimismo generalizado y hacen una descripción a medio camino entre la poesía y la ciencia, más cercana a lo primero que a lo último.Terminemos con el relato que hace el astronauta Don Pettit , y que rescata el diario The Atlantic. Dan ganas de subirse ahí arriba: "Cuando se abrió la escotilla y di la bienvenida a dos cansados ??trabajadores en el interior, percibí un olor peculiar que me hizo cosquillas. Al principio no lo podía creer. Pensé que venía de los conductos de aire. Entonces me di cuenta de que este olor era de su traje, casco, guantes y herramientas. Estaba más impregnado en los tejidos que en las superficies metálicas o de plástico"."Es difícil de describir ese olor –concluye Pettit-. La mejor descripción a la que puedo llegar es a decir que es metálico. Me recordó a mis veranos de la universidad, donde he trabajado durante muchas horas con un soplete de soldadura. Me recordó a ese olor dulce que desprende. Ése es el olor del espacio".
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