Comunicación
Aún no están pero se les espera por Cecilia García
Llevan esperando doce meses, tienen la fecha marcada en rojo mientras lanzan proclamas en las redes sociales sobre tomar las calles y las plazas. Saben que los lugares públicos no son cotos privados para hacer visible un proyecto que, lejos de ser integrador, es excluyente por cuanto quien no comparte sus ideas se queda fuera de la plaza. Lo saben, pero simplemente los medios se pliegan al fin. Sol les esperaba ayer inmersa en sus rutinas, con indiferencia sí, pero también con lógica prevención. Algunos con expectación, sobre todo los partidos de izquierda, especialmente los más radicales, que se frotan las manos desde una aparente pasividad para erigirse después en entes paternalistas que ejercen de voceros de una causa que no es la suya. Si lo fuese, se habrían disuelto por lesa traición a los mismos a los que observan con arrobo porque donde ven una cara u oyen un grito ven un voto. Y no. Se demostró en las elecciones. Hoy llegarán a Sol, y a otras tantas plazas, con la intención de quedarse, de perpetuarse en su bucle melancólico de revoluciones que casi siempre transmutan en involuciones. Es de desear que la postal final del 12-M y el 15-M no sea la de grupos de extremistas que coquetean con el precipicio para que se caigan otros. Que ya sucedió... A la izquierda, normalidad absoluta en la Puerta del Sol.
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