BMW
Un motor diésel clave para lograr ventas
Es necesario un motor diésel para vender un monovolúmen. Por ello, la casa japonesa lo ha incorporado en su Mazda5. Desde el Premacy han pasado seis años y en este tiempo han evolucionado mucho este tipo de coches tanto en diseño como en dimensiones.
La llegada del Mazda5 rompió esquemas clásicos: diseño compacto, comedido en dimensiones, pero amplio y confortable por dentro... pero quedaba para completar la oferta de la gama la motorización diésel.
Ésta es la novedad: se le ha dotado de un magnífico motor diésel necesario para asegurarse ventas. Porque por lo demás hay pocas variaciones relevantes respecto al Mazda5 de gasolina. Mantiene su mismo formato interior y sus siete plazas. Conserva también la comodidad de sus puertas traseras correderas eléctricas, su misma carrocería, sus acabados y su buena versatilidad.
Estamos ante un vehículo amplio, de cinco metros y medio de largo, cómodo y con amplio espacio en su interior para pasajeros y equipajes. Pero además su diseño exterior es tremendamente compacto, lo que lo hace muy atractivo a la vez que elegante por sus líneas bien definidas y nada pesadas, que le aportan un aspecto muy ligero.
El Mazda5 CRTD dispone de un motor turboalimentado que, según sea su cilindrada, puede ofrecer desde 110 a 151 caballos de potencia. Destaca por su facilidad para circular con comodidad por ciudad. Es decir, permite una conducción sencilla sin pérdidas de potencia, ya que su caja de seis velocidades de tipo manual le ayuda a disponer de una alegría más que suficiente para, sin tener que acudir al cambio, se mueva con agilidad. Quizá en la versión del CRTD con la potencia más limitada, la de 110cv., sí que deberemos acudir a la ayuda del cambio para recuperar fuerza, pero no tanto como en sus versiones de gasolina, donde la potencia es algo justa para mover con soltura el peso del coche.
En el nuevo diésel, en cambio, disponemos de potencia suficiente a cualquier régimen del motor manteniendo unos niveles de consumo muy racionales. En el apartado dinámico, es decir, en su comportamiento por carretera, se muestra consistente, ágil, noble y honesto en sus reacciones. Le favorece para ello la rigidez de su carrocería que minimiza los niveles de torsión de todo el conjunto, lo cual le da un comportamiento muy noble en sus reacciones en cualquier tipo de carretera.
Al tratarse de un vehículo pensado para varios pasajeros y ser utilizado en recorridos largos, la geometría de sus suspensiones le hacen ser un coche que transmite una cierta sensación al conductor de que va demasiado blando. Pero a cambio se muestra muy confortable para sus ocupantes, a los que transmite una comodidad que es la que buscan sus propietarios. Dispone de controles de estabilidad y tracción, lo que hace que, como se ha comentado, su conducción sea muy agradable. Una sensación que, pese a su volumen de carrocería, aporta un alto nivel de seguridad, y acepta incluso una cierta conducción deportiva, si bien este vehículo no ha sido diseñado para ello.
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