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ANÁLISIS: Es fácil acceder a explosivos por Ricardo Magaz

La Razón
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l ¿Ve alguna similitud entre este caso y el del joven de Baleares?
–Parece que se trata de un perfil diferente al del joven que pretendía atentar contra la Universidad de Baleares, ya que en el segundo caso se trata de un sociópata y con lo que sabemos de éste, podríamos decir que es un enfermo mental.
l ¿Cómo se pueden obtener los componentes que conforman los explosivos?
–Hace tiempo que la ONU alertó de que había que poner el ojo en el tráfico ilícito de materiales con doble uso y desde entonces existen cuerpos que realizan seguimientos. Por un lado, se pueden obtener en droguerías o determinados puntos de venta. Si se compra en diferentes lugares y en cantidades pequeñas, es complicado seguir el rastro, pero si se obtiene todo en el mismo establecimiento, suelen ser los comerciantes los que avisan. En este caso seguramente hablemos de esta posibilidad, ya que quien descrubrió las intenciones del detenido fue el dueño del hostal en el que se hospedaba el presunto delincuente. La segunda opción es la compra por internet. La Ley Orgánica de Enjuiciamiento Criminal creó la figura del agente encubierto, por lo que este tipo de compra está más controlado.
l Sabiendo la cantidad de material que disponía el detenido ¿qué pudo llegar a fabricar y a provocar?
–Con cantidades tan pequeñas como las que manejaba, lo máximo que podía fabricar es lo equivalente a un gran petardo o un cóctel molotov y con eso no se puede volar un coche o una embajada. Además del efecto llamada que pudo provocar el joven de Baleares, parece que este hombre es un demente que sólo intenta llamar la atención.

 

Ricardo Magaz
Pte. Sdad. Científica Esp. Criminalogía