Caracas
La Guardia Civil alerta: la cúpula de ETA se ha mudado a Venezuela
«Mandaba sobre los policías venezolanos. Era un vasco que trabaja para el Gobierno venezolano y cuyo nombre es Arturo Cubillas». Javier Atristain, «Golfo», del «comando Imanol», explicó a la Guardia Civil el papel del antiguo miembro del «comando Oker», que lo mismo les sacaba de un embrollo en Caracas, que les llevaba sin problemas, saltando controles con salvoconductos para personas y automóviles, hasta los lugares en los que iban a recibir un cursillo sobre armas y explosivos
Los otros «alumnos» eran dos chilenos, pertenecientes a una banda terrorista con la que ETA ha llegado a un acuerdo, cuyo alcance se desconoce. Todo esto ocurría en agosto de 2008, al amparo del Gobierno de Hugo Chávez.
La Guardia Civil sostiene, en un informe entregado a la Audiencia Nacional, al que ha tenido acceso LA RAZÓN, que «parte de la infraestructura de formación de ETA se ha trasladado a Venezuela», con lo que ello conlleva de idas y venidas de pistoleros entre ese país y Francia o España.
Expertos antiterroristas consultados por este periódico van un poco más allá. Consideran que los órganos de dirección de la banda que, por sus cometidos, no requieren una presencia permanente en territorio galo (la «logística» que se ocupa de la adquisición de materiales, falsificaciones, etcétera) y los cabecillas encargados de tomar las grandes decisiones «estratégicas» («aparato político» y algunos del «militar») también se esconden en el país caribeño, convertido en el «santuario» que fue Francia hasta la década de los ochenta.
La operación de la Benemérita contra el «comando Imanol» ha revelado una serie de asuntos «inquietantes»: la realización de cursillos en Venezuela con aparente impunidad en los que, entre otras cosas, los etarras aprendieron a manejar un fusil de mira telescópica. Atristain, «Golfo» –por su afición al golf– y Juan Carlos Besance, «Fenómeno», dispararon, cada uno, 12 tiros con este tipo de arma, y 40 más con pistola. Y, si no lo hicieron más fue, según se quejaba el «adiestrador», José Lorenzo Ayestarán Legorburu, «Fanecas» y «Bigotes», porque no había suficiente munición. Para la banda, los atentados con fusil son más seguros y permiten asesinar a una persona que lleve escolta.
ETA ya había probado en Portugal, donde intentó montar una base logística, al constatar que Francia había pasado de «santuario a espacio prohibitivo para sus actividades». Tras ser descubiertos sus planes en territorio luso, optó por Venezuela, donde era más seguro hacer los cursillos y, sobre todo, donde no había presión policial, según reconoció el jefe del «aparato militar», Mikel Carrera, «Ata», a los miembros del «comando Imanol».
Fue este individuo el que dio las últimas instrucciones a «Golfo» y «Fenómeno», mientras les entregaba 2.000 euros para sus gastos. En sus declaraciones a la Guardia Civil, a las que ha tenido acceso LA RAZÓN, relataron lo que ocurrió a continuación:
- «Fenómeno»: «El 25 de julio de 2008, salí de Villabona a Madrid, donde tomé un avión a Caracas. Xabi (Atristain) me comentó con muy poca antelación que debíamos ir a Venezuela para realizar un cursillo de explosivos y armas. Además me comentó que resultaba mucho más seguro realizar el cursillo en Venezuela que en Francia. Me puso una cita en el Centro Comercial «El Recreo», de Caracas. Allí nos encontramos con un hombre de bigote, de unos 50 años (Ayestarán Legorburu), que no sabía quién era en ese momento, y que con posterioridad fue detenido en Francia, con otro chico. También estaba un hombre de esa misma edad, gordo, que vivía en Venezuela, y era vasco (Cubillas). Este último fue el que conducía el vehículo que nos recogió».
- «Golfo»: «En la primera cita no apareció nadie y me fui a un hotel cercano, pero al día siguiente, en el «El Recreo», establecí contacto con los que nos esperaban.
- «Fenómeno»: «El cursillo lo realizamos en un lugar ubicado en la selva, donde había una casa vieja. En dicha casa, están el «Bigotes», Xabi, yo y dos suramericanos. El «Bigotes» impartió un cursillo a los cuatro en el tiro con un fusil con mira telescópica y varias pistolas. Nos enseñó a hacer artefactos-trampa a Xabi y a mí en un piso».
- «Golfo»: «En los cursillos participaron dos venezolanos, que nos enseñaron a montar y desmontar armas largas y cortas. Eran bastante diestros». «En una ocasión, nos detuvo la Policía venezolana por llevar demasiado dinero encima. Nos querían retirar parte. Cubillas lo arregló».
- «Fenómeno» y «Golfo»: «No pagamos ningún gasto de alojamiento y manutención. Todo lo pagó Cubillas».
- «Fenómeno»: «Volvimos al País Vasco por separado, aunque antes nos juntamos en Caracas. Xabi se marchó a España en avión, y yo me quedé una semana más haciendo turismo por Venezuela, haciendo un tour de varios días en Canaima y El Salto del Ángel» .
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