El hombre que quiso que otro fútbol fuera posible por María José Navarro

Sí, sí. Si ya lo sé. A Vds. les gustan menos pedantes, lo sé. Les gustan un poquito más macarras, un poquito menos elegantes, quizá más entraditos en kilos. Sé también que les parece que ese papel que ha representado Pep bien le podría valer el Premio Max de Teatro, porque Vds. están convencidos de que es una fachada y de que en realidad es una malísima persona que se merienda tres niños cada tarde. Sé que también les parece excesivo lo que se montó ayer. Total, sólo es un entrenador de fútbol que abandona un barco que empieza a zozobrar. Vamos, que es un flojo, en resumidas palabras. Que les estomaga que hable bien del Melilla, del Sr. Gorosito, de los rivales, que lo haga en catalán y que le siente estupendamente un jersey de cuello cisne que se pone cada quince días y que le queda pegadito. Sin embargo, quizá algunos de Vds. crean que le debemos muchas tardes de fliparlo, de flotar en el sofá, con la sensación de esos buzos que se quedan quietos abajo disfrutando de lo que ofrece el mar. Guardiola quiso que otro fútbol fuera posible. Y también otros modales. Desde fuera, también gracias.

María José Navarro