Comunidad de Madrid
Más de 150000 euros al mes en anuncios de prostitución
Todo guardaba tal apariencia de legalidad, todo estaba tan cuidado al más mínimo detalle y había tal despliegue de opulencia, que difícilmente podía sospecharse que detrás de semejante entramado se explotaba sexualmente a seres humanos. De hecho, la red de prostitución desarticulada en Madrid por la Policía Nacional llevaba 15 años operando en nuestro país.
En total, han sido precintados trece centros ubicados en zonas «privilegiadas» de Madrid, detenidas 105 personas –entre ellas los máximos responsables de la red– y liberadas 350 mujeres. Su funcionamiento no distaba del de la estructura piramidal de cualquier empresa. Existía un líder, de nombre Kas S. A., un saudí de 63 años nacionalizado español y considerado «el Padrino de la prostitución»; un director general, encargado de las decisiones estratégicas; un director operativo; mujeres encargadas de cada centro de prostitución; telefonistas y recepcionistas, que trataban con clientes y prostitutas; personal de administración con tareas de gestión documental, facturación, publicidad, relaciones con entidades bancarias y cuadrantes; y personal auxiliar, con funciones de mantenimiento, informática y seguridad. Lograron crear hasta quince sociedades mercantiles, que encubrían trece grandes centros de prostitución. Pero si había una herramienta indispensable para la organización, ésta eran los anuncios publicitarios, sobre todo en la prensa escrita. ¿La tapadera? La supuesta práctica de masajes y quiromasajes. La clandestinidad no era un problema para la red. Los beneficios que obtenían, que rondaban los 700.000 euros mensuales, les permitían invertir entre 30.000 y 45.000 euros al mes por cada periódico. Teniendo en cuenta que la organización controlaba el 50 por ciento de los anuncios de contactos publicados en la prensa, puede estimarse que los explotadores gastaban al menos 150.000 euros al mes en este tipo de publicidad. Cada centro contaba con ocho teléfonos y, como cada uno tenía su anuncio insertado, las telefonistas ya sabían qué servicio iba a demandar el cliente. Sin embargo, no parecía haber nada ilícito. La cúpula de la red colocaba como administradores y apoderados de sus sociedades a telefonistas o encargadas de los centros de prostitución. A estos administradores les pagaban 500 euros mensuales, y a los apoderados, 200. Sin embargo, ninguno conocía el nombre de estas sociedades. En sus tareas les ayudaban las limpiadoras, el personal de mantenimiento, los informáticos y el servicio de seguridad, todos ellos sin contrato de trabajo y en la mayoría de los casos sin papeles, que estaba encargados de solucionar cualquier problema que las prostitutas tuvieran con los clientes. Además, taxistas y recepcionistas de hotel conseguían clientes para estos locales a cambio de unos 50 euros. Mientras, las mujeres no abandonaban el centro, estaban sometidas a turnos y eran vigiladas estrictamente por las «encargadas». Las víctimas, en su mayoría inmigrantes de entre 20 y 30 años, provenientes de un entorno de violencia o exclusión y consumidoras habituales de drogas, dormían en literas apiladas, situadas en trasteros sin luz, según informó ayer el inspector José Manuel Pinar. Una vez acabada la jornada, cada centro ingresaba la recaudación en cuentas bancarias o cajas fuertes. La operación «Afrodita» se llevaba gestando desde el pasado mes de diciembre. La Brigada Provincial de Extranjería y Documentación de Madrid comenzó una investigación dentro del Plan contra la trata de Seres Humanos con fines de explotación sexual.
Los mismos teléfonosEntre otras pistas, los agentes comprobaron que los mismos números de teléfonos que reproducían las secciones de contactos de los diarios, así como en internet, se repetían en varios periódicos. Es decir, los anuncios conducían a una misma red. De esta forma, las autoridades lograron poner nombre a las empresas que integraban el entramado. Y finalmente, el pasado lunes, se llevaron a cabo 36 entradas y registros en locales de Madrid, con un dispositivo de más de 105 policías. Todos los detenidos se encuentran en prisión preventiva, aseguró ayer la delegada del Gobierno en Madrid, Amparo Valcarce. La magnitud de este golpe supera con creces a la última gran operación contra la trata de mujeres. Ocurrió el pasado día 2, cuando fueron desmantelados en Madrid siete prostíbulos que, al igual que ha ocurrido con la operación «Afrodita», se anunciaban en la sección de contactos de un diario nacional. «Asiáticas. Nuevas, jovencitas, guapísimas. Cinco bombones». Éste era uno de los anuncios que podían leerse. Por aquel entonces, fueron detenidos once presuntos proxenetas, mientras que 14 jóvenes, de nacionalidad china, fueron liberadas por las autoridades. Hay que recordar que LA RAZÓN, junto al diario «Público», tomó la medida de suprimir los anuncios de contactos de sus páginas. Las encuestas que este periódico ha ido publicando a diario demuestran el amplio rechazo de la clase política a un tipo de publicidad que, aparte de ser denigrante para las mujeres, esconde, como se ha comprobado, la actividad de las mafias. Hace una semana, el presidente del Gobierno anunció en el Debate del Estado de la Nación que los anuncios de contactos deben «eliminarse». De hecho, José Luis Rodríguez Zapatero desveló que el Ejecutivo trabajaba ya en fórmulas para que este escenario sea una realidad. El anuncio fue recibido con un aplauso unánime por parte de los diputados presentes en la Cámara Baja. Así, esta publicidad parece tener los días contados. El Ministerio de Igualdad pidió un informe al Consejo de Estado sobre las alternativas que pueden llevarse a cabo. Por ello, los expertos estudiarán otras legislaciones europeas para ver cómo puede prohibirse este tipo de anuncios por la vía legal. Del mismo modo, el Grupo Socialista registró una proposición no de ley en la que instó al Ejecutivo central a fomentar la autorregulación dentro de la Prensa escrita «encaminada a eliminar la publicidad de mujeres prostituidas». El PSOE considera que, para acabar con estos anuncios, son necesarias «herramientas más avanzadas» que simplemente su prohibición por ley.
«Traed modelos de lencería»- Las red estaba al tanto del anuncio de Zapatero de prohibir los anuncios de contactos en Prensa. Por eso, ya se preparaba para un cambio de soporte. Su objetivo ahora era centrar toda su publicidad en internet. El aviso que puede leerse abajo informa a las jóvenes de que se preparen y acudan con ropa de lencería para hacer un «book» con el que promocionarse en Internet.
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