España
La desunión europea lleva la deuda al límite
La prima de riesgo sube un 18,5% desde la cumbre del viernes pasado
MADRID- Ni siquiera una semana. Eso es lo que ha durado el efecto de la cumbre europea en los mercados. Apenas siete días después de que los líderes europeos se pusieran la careta de la moneda única para acordar la recapitalización directa de la banca española y otras medidas de ayuda para España e Italia, cada presidente europeo volvió a su país y donde dijeron unión, ahora dicen que de solidaridad para los incumplidores, nada de nada. Con este escenario, un caramelo para los enemigos del euro, los inversores volvieron a su costumbre vendedora. Como resultado, caídas en Bolsa y repuntes en las primas de riesgo, que volvieron a los niveles previos al encuentro de buenas intenciones comunitarias.
Incertidumbre, el veneno
Como advierten hasta la saciedad los analistas, la incertidumbre es el peor escenario al que se puede enfrentar el mercado, y eso es precisamente lo que hay ahora mismo en el viejo continente. Tras la decepción de la víspera, en la que el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, dejó claro que no habrá nuevas medidas de estímulo no convencionales, los inversores se encontraron ayer con una oposición frontal de Finlandia al rescate de España e Italia a través del secundario, con un nuevo retraso en la recapitalización del sector bancario nacional y con la «marcha atrás» de Alemania al procedimiento de entrega directa de las ayudas a los bancos. El interés del bono español a diez años volvió a superar el 7% y la prima de riesgo alcanzó la cifra satánica de 566,6 puntos básicos. Desde la cumbre del pasado viernes, el riesgo país ha crecido un 18,5%.
Eran las 13:00 horas del mediodía y en el Consejo de Ministros del gabinete de Mariano Rajoy no se especificó ninguna medida que permita ni al Estado ni a las autonomías cumplir el ambicioso objetivo de déficit. El mercado reclamó más ajustes para no cortar la financiación al país, por mucho que ésta proceda ya casi exclusivamente de las entidades españolas. El secundario marca el precio de las subastas del Tesoro, que cada vez está más alto y disparará los gastos del Estado por el servicio de la deuda.
De vuelta al viejo continente, lo que parecía cerrado hace sólo unas jornadas volvió a ser una hipótesis que tendrá que ser ratificada por parlamentos opuestos al rescate de los «desamparados». El «sí, pero no» provocó un nuevo trasvase de capitales de los activos de riesgo (España e Italia, principalemente) hacia los más seguros, y los países partidarios del «no» a más ayudas a los periféricos fueron los que mejor cerraron la jornada en el mercado de deuda. El interés del «bund» cerró la jornada en el 1,327%, un 3,98% menos que en la víspera. El finlandés, por su parte, se redujo un 7,70%, hasta el 1,551%.
Seguridad vs. rentabilidad
La deuda germana a corto plazo registró intereses negativos tras la decisión del BCE de no remunerar los depósitos a un día. Después de la facilidad del banco central, el sitio más seguro para invertir es la renta fija alemana, a pesar de que el país está muy expuesto a la zona euro. Así, el bono germano a dos años cerró la jornada con un rendimiento negativo del 0,01% gracias a la elevada demanda. Trasladado a una subasta, el que comprara estos bonos tendría que pagar por ellos a vencimiento al Estado alemán. Insólito.
En Bolsa, más de lo mismo. Sangría bancaria en el Ibex 35, con las siete entidades batiendo la fuerte caída del selectivo (-3,1%). El mercado sabe que los bancos que más sufrirían un hipotético «default» de España son los nacionales, que son los que más bonos acumulan. Sumada la deuda pública al inmobiliario, el sector quedaría como un solar.
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