Zaragoza
Las cajas frente al reto de demostrar este año que son un músculo financiero
En el último año han reducido sus beneficios a la mitad y las previsiones para el próximo 2011 no son nada positivas.
Tras los bailes de movimientos, las cajas de ahorro de Castilla y León afrontan este año que empieza con el reto de mostrar que son el músculo financiero que pedía Herrera.
Y es que al final, la tan anhelada «superentidad» de ahorros regional, que aglutinaría a seis cajas de Castilla y León, ha iniciado su andadura gracias a la unión de Caja España y Caja Duero. Caja de Burgos decidió integrarse en Banca Cívica, mientras que Caja de Ávila y Caja Segovia se unían al SIP liderado por Caja Madrid. Por último, Cajacírculo comenzará a operar a partir del próximo uno de enero como SIP junto a Caja Badajoz y CAI de Zaragoza. Un proceso largo y complicado, que ha salido adelante gracias a la mano tendida del consejero de Economía y Empleo, Tomás Villanueva, aunque eso sí, ha padecido numerosos quebraderos de cabeza, para que el proyecto de carácter regional llegara a buen puerto.
Caja España-Caja Duero
Claro, que estas operaciones han llevado consigo importantes reformas en las propias entidades con el cierre de oficinas y «prejubilaciones». En el caso de Caja España-Caja Duero, que a estas alturas siguen sin un nombre global, las cifras hablan de 846 prejubilaciones y el cierre de 254 oficinas. En numerosas localidades de Castilla y León se ha dado el caso de que existían sucursales de ambas cajas en la misma calle, por lo que a la hora de decidir cuál continuaba abierta ha primado el volumen de negocio. En algunos casos perdurarán las dos, por los buenos números que atesoran. Con 46.000 millones de euros se ha convertido en la sexta caja de ahorros española en función del tamaño de su activo y en la primera en la Comunidad. Evaristo del Canto es su nuevo presidente.
Las cajas de Ávila y Segovia
Cuando todo hacía indicar que Caja de Ávila y Caja Segovia formarían parte de la «supercaja» regional, los consejos de administración adujeron que su incorporación contaría con más desventajas que ventajas y finalmente decidieron sumarse al SIP liderado por Caja Madrid, junto con otras cuatro cajas más. El peso será pequeño en este nuevo conglomerado financiero con un 2,35 y 2% del total, respectivamente, aunque desde ambas entidades se considera que «se han puesto debajo del mejor paraguas ante el chaparrón». La nueva entidad resultante, el Banco Financiero y de Ahorros, comenzó ayer a operar como la tercera entidad financiera española por tamaño, con 340.000 millones de euros en activos, pero como la primera por volumen de negocio en banca comercial y de empresas, con más de 390.000 millones de euros .
Caja de Burgos
La entidad burgalesa decidía unir sus pasos en el proyecto Banca Cívica, junto a Cajasol, Caja Navarra y Caja Canarias. El ajuste en la plantilla se realizará a través de prejubilaciones, aunque se encuentra en el tramo final de un ajuste laboral que comenzó hace años por lo que el número de empleados actual, unos 900, es el número ideal para el funcionamiento de la caja.
Caja Círculo
La también caja burgalesa comenzará a operar el próximo año dentro del SIP creado junto a Caja Badajoz y CAI de Zaragoza, con el nombre Caja 3. Desde la entidad se apuesta por esta unión que permitirá comenzar el balance «más limpio» y terminar con mayores beneficios.
Futuro incierto
Y con este panorama encima de la mesa, el futuro para las entidades regionales se presenta un tanto incierto. Más al conocer los últimos datos relativos al tercer trimestre de 2010 y que alertan de que las cajas redujeron sus beneficios a la mitad con un resultado de 85 millones de euros. Todas ellas han caído en sus ganacias en el último año en especial Caja de Ávila con un 74,6 por ciento menos y la recién fusionada Caja España y Caja Duero con un 60 por ciento. Caja de Burgos redujo un 53,4 por ciento, mientras que en Cajacírculo fue del 43,9 por ciento. Mientras, Caja Segovia aguanta mejor la crisis y apenas ha disminuido su beneficio un 1,6 por ciento.
Con estos resultados sobre la mesa, el consejero de Economia, Tomás Villanueva, aseguraba que las previsiones para 2011 en cuanto a beneficios de las cajas «no apuntan a nada positivo», sino «todo lo contrario». Ante esta situación, Villanueva volvió a reiterar que se hace necesario «mejorar la competitividad» y «hacer reformas serias».
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